LEONEL SUAREZ Q./BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-octubre 13/2016) Al conmemorarse el 13 de octubre como el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, instituciones de Tarija expusieron las limitaciones que tienen para accionar en los problemas generados por el cambio climático u otras situaciones medioambientales.
El responsable de Defensa Civil en Tarija, Felix Chávez, informó que todas las instituciones que trabajan con la gestión de riesgos, cambio climático y adaptación al cambio climático, se unieron para presentar a la población, las limitaciones, capacidades y posibilidades, para exponerlos en una feria, de manera que se pueda considerar oportuno una motivación a las autoridades y a la población para trabajar en este aspecto.
“Es fundamental este tema, especialmente ahora que estamos atravesando las inclemencias de los debates por los diferentes fenómenos naturales –señaló Chávez-. Los fenómenos naturales a nivel mundial se está presentando de manera no programada debido a los procesos cíclicos que vive el planeta tierra y su ecosistema”.
Chávez resaltó que Tarija no está libre de estos fenómenos naturales, más aún al conocer información que Tarija se encuentra en medio de dos fallas geológicas, la de Mandeyapeco y la falla de Tarija, las cuales son sujetos a manifestaciones como actualmente se producen en otros lugares.
“Es muy probable que se pueda suscitar un temblor o un sismo, como aconteció hace unos meses atrás, donde el epicentro de ese movimiento telúrico fue en Salta-Argentina –agregó Chávez-. También fue en la región de la reserva de Tariquía, lugares donde se encuentran las fallas. No estamos libres de la presencia de cualquier evento de esa naturaleza”.
Por su parte, el secretario de Medio Ambiente de la Gobernación, Pablo Avilés, manifestó que durante la presente jornada y mañana viernes se realizará un simulacro en el puente Bicentenario, para mostrar a la población de qué manera se encuentran preparadas las distintas instituciones para cualquier tipo de desastres que se produzcan en el departamento.
“Sabemos que los desastres vienen por distintas naturalezas, como riadas, incendios, sequía, terremotos, entonces hay que estar preparado para eso –agregó Avilés- . Por ello nosotros con las diferentes instituciones públicas y privadas coordinamos para demostrar cómo nos organizamos, pero que además esto no solamente lo puede hacer la gobernación, sino todas las instituciones”.
Desde la entidad de Protección del Medio Ambiente Tarija (Prometa) aseguran que una de las políticas que impulsan a nivel nacional es la reducción de emisión de carbono, pero también de adaptación al cambio climático, esto al ser un fenómeno a nivel mundial.
Desastres en Bolivia
En Bolivia se puso en evidencia la falta de acciones para tratar los riesgos climáticos, uno de estos es lo acontecido con el lago Poopó del departamento de Oruro, mismo que desapareció en la gestión 2015, mismo que se secó como resultado de la aguda sequía que afectó a esa región, dando paso a la mortandad de toda la fauna piscícola que albergaba, además provocando una afectación económica a toda la zona.
Como una de las medidas para recuperar el milenario Poopó, el pasado miércoles 5 de octubre empezó el dragado para canalizar las aguas del Uru Uru al Poopó, este trabajo se lo realiza con una inversión de 3,3 millones de bolivianos.
El cambio climático y la actividad minera también incidieron en la disminución “alarmante” del caudal de las lagunas Colorada, Hediondo y Verde en Potosí y Alalay en Cochabamba, lo que preocupa a las autoridades por su incidencia, entre otros aspectos, en la conservación de la diversidad biológica.
Mientras que Tarija también se vio afectada las lagunas de Tajzara en la zona alta por la sequía que azotó la región, en ese sentido, autoridades departamentales lamentaron la problemática e hicieron énfasis que las situaciones por el cambio climático escapan de sus manos.
Otras de las situaciones que pusieron en vilo a las autoridades de Tarija fue la reducción del caudal en las diferentes represas, entre estas la de Huacata y la de San Jacinto, esta última que también se ve afectada por la sedimentación que está disminuyendo la capacidad. (eP)