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AGENCIAS

(septiembre 29/2016) Argentina admitió este miércoles, tras tres años sin difundir datos oficiales, que tiene un alto índice de pobreza, que afecta al 32,2 % de la población urbana y con una incidencia mayor en los niños, cifras que «golpean» y «duelen», según afirmó el presidente Mauricio Macri.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que en el segundo trimestre del año el índice de pobreza se situó en el 32,2 % en los 31 mayores conglomerados urbanos del país, lo que implica que 8,7 millones de argentinos no llegan a cubrir sus necesidades básicas de alimentos y servicios.

En tanto, 6,3 % de la población, es decir, 1,7 millones de argentinos, es indigente pues ni siquiera cubre sus necesidades de alimentación.

El informe revela que el sector más vulnerable de la población es el de los niños de hasta 14 años, grupo donde el 47,4 % es considerado pobre.

«Después de años de manipulación de la información, de negación, hoy sabemos cuál es la realidad, que claramente nos golpea porque saber que uno de cada tres argentinos se encuentra debajo la línea de pobreza nos tiene que doler», dijo Macri en una rueda de prensa, luego de que el Indec difundiera las cifras.

En abril de 2014, el entonces Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015) suspendió la difusión de los datos oficiales sobre la pobreza sin dar razones de su decisión.

De allí que la serie se truncó con los datos del primer semestre de 2013, con un índice de pobreza del 4,7 % y una tasa de indigencia del 1,4 %.

La suspensión de la medición se dio en medio de una fuerte polémica en torno a la fiabilidad de los datos del Indec, luego de que el organismo introdujera a inicios de 2007 cambios metodológicos en el cálculo de la inflación.

El índice de precios tiene impacto en la medición de la pobreza ya que la inflación incide en la evolución del coste de la cesta básica de alimentos, un indicador que se toma como base para calcular la pobreza a partir de los ingresos de la población.

Macri resaltó que ahora el Indec está poniendo «la verdad sobre la mesa».