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(septiembre 28/2016) Además de la polémica y expectativa que generó en todo el mundo, el debate presidencial de Estados Unidos del lunes por la noche entre Donald Trump y Hillary Clinton marcó un nuevo hito: fue el más visto en los 60 años de historia de los debates televisados.
Más de 80 millones de personas sintonizaron diferentes señales para presenciar los duros cruces entre los candidatos a la Casa Blanca.
Las primeras mediciones realizados por Nielsen indican que fue sintonizado por un total de 80,9 millones de espectadores, a través de los 12 canales que lo transmitieron en vivo, consigna CNN.
Esa firma mide tradicionalmente los televidentes desde señales tradicionales en casas. Eso significa que las personas que vieron el debate en fiestas, bares, restaurantes y oficinas no están incluidas en esa cifra. Por lo que el margen sería mucho mayor.
La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, trató el martes de mantener a su rival republicano Donald Trump a la defensiva, el día siguiente a un debate en que lo acusó de sexista, racista y evasor de impuestos.
Trump, en tanto, sugirió que «la atacará duramente» la próxima vez por las infidelidades de su marido.
Clinton trató de mantener el impulso que le dio su sólido desempeño en el primer debate presidencial, mientras el magnate de Nueva York se vio nuevamente envuelto en una controversia por sus insultos por la apariencia y peso de una ex reina de belleza.
La candidata dijo a reporteros que durante el intercambio Trump «estuvo haciendo acusaciones y afirmaciones que se pueden demostrar que son falsas, y ofreciendo opiniones que creo que mucha gente considerará ofensivas y poco edificantes».
El debate del lunes en la noche entre Clinton, que tiene décadas de experiencia en la vida pública, y Trump, quien por primera vez compite en una elección, atrajo una enorme audiencia. Unas 84 millones de personas miraron el debate por televisión, en un récord para este tipo de programa, según Nielsen.
Trump se felicitó por no atacar a Clinton en el debate por las infidelidades de su marido, el ex presidente Bill Clinton, pero advirtió de que puede usar ese flanco en el futuro.