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(INFOBAE) Por años, el uso del hilo dental como complemento del cepillo se consideró como un elemento imprescindible para higienizar la cavidad bucal, especialmente aquellos espacios donde el dentífrico no llega. Después de muchos años, esta teoría que se convirtió en una «verdad irrefutable» parece no tener más asidero, ya que según algunos especialistas no existen pruebas científicas que la avalen.

El hilo dental apareció por primera vez en la Guía de Alimentación de EEUU en 1979 y, a partir de allí, se recomendó su utilización en forma periódica. El año pasado, la agencia de noticias Associated Press (AP) le solicitó al Departamento de Salud estadounidense que brindara evidencia científica que legitimara la efectividad de su uso, tal como lo prevé la ley.

La sorpresa llegó en la última Guía Alimentaria publicada: se eliminó el uso de hilo dental entre sus recomendaciones sin previo aviso. El gobierno estadounidense, en una carta destinada a AP, explicó que no existían pruebas certeras acerca de la eficacia del empleo de la herramienta. Entre 25 estudios que se realizaron en la década pasada, todos arrojaron resultados débiles, de escasa validez.

La Asociación Dental Americana (ADA), pese a las dudas instaladas, sostuvo en un comunicado: «Recomendamos el uso de limpiador interdental una vez al día. Esto es importante ya que la placa que no se elimina con el cepillo o la seda dental puede, con el tiempo, endurecerse y formar cálculos o sarro. Usar hilo dental puede ayudar también a prevenir la enfermedad de las encías y las caries».

De acuerdo a la ADA, más de 500 especies de bacterias se pueden encontrar en la placa; algunas más nocivas para la boca que otras. Junto con los restos de comida, bebida y otros componentes, la acumulación de placa alrededor de los dientes y en la línea de las encías aumenta el riesgo de contraer enfermedades bucales.

La ADA respaldó sus afirmaciones con algunos estudios que muestran que el uso de hilo dental evita la acumulación de suciedad, la inflamación de las encías -conocida como gingivitis- y la aparición de caries. Sin embargo, ninguno de esos informes representaría una respuesta científica por su poca validez. Sus críticos marcaron que utilizaron métodos anticuados, que el número de participantes fue muy bajo y que el plazo de duración de cada uno de ellos fue por demás breve.

Como socia de varias empresas fabricantes de hilo dental, la ADA debe evaluar el producto y dar el visto bueno para permitir su comercialización. Según ellos, no obtienen ninguna ganancia por el trabajo y, con la intención de responder a las acusaciones de baja efectividad, uno de sus voceros responsabilizó a los participantes de los estudios por no usar la herramienta en forma correcta.

La odontóloga Lucila Bagú (MN 29107), especialista en prótesis fija, removible e implantoasistida, consideró que el uso del hilo dental no está en discusión, más allá de lo que la Guía de Alimentos anuncie o la falta de evidencia científica sobre sus beneficios.

«Siempre se consideró de uso indispensable el hilo dental porque llega a lugares donde el cepillo no alcanza, que son los espacios interproximales de los dientes», explicó a Infobae.

Además, la odontóloga aseguró que su utilización trae beneficios evidentes para la salud: «El uso de hilo dental previene caries y enfermedades periodontales relacionadas a las encías. Como la gingivitis, que es su inflamación, y su fase posterior que es la periodontitis, la cual ya involucra al hueso que está alrededor».

A su vez, agregó: «Se debe usar una vez por día después del cepillado. Especialmente a la noche que es la limpieza más importante porque la boca permanece quieta por 8 horas. Por eso, la mayor atención se debe prestar en la higiene nocturna».

La doctora Bagú remarcó la importancia del procedimiento para que la herramienta de limpieza proporcione resultados notorios: «La técnica no tiene un nombre. Hay que cortar un pedazo de hilo de 20 centímetros y enrollarlo entre los dedos de las manos hasta dejar un tramo pequeño tenso que se irá deslizando. Debe ser suave, diente por diente y se recomienda entrar haciendo un leve zigzag para no clavarlo de golpe arriba».