(INFOBAE) Investigadores brasileños afirman que han encontrado una segunda especie de mosquito capaz de transmitir el virus del zika a los humanos.
Serán necesarios estudios adicionales para determinar el papel del mosquito común Culex quinquefasciatus en la diseminación del zika, informó este jueves el instituto Fiocruz.
La investigación se llevó a cabo en Recife, una ciudad en el epicentro del brote de zika en el noreste de Brasil y en donde el Culex es 20 veces más común que el mosquito Aedes aegypti, que previamente se creía que era el único transmisor.
La mayoría de las iniciativas de combate de mosquitos en Brasil están dirigidas contra el Aedes y estos hallazgos complican los esfuerzos por contener la epidemia de zika.
El zika ha sido vinculado a un inusual defecto de nacimiento a medida que el virus se expande rápidamente en Brasil y en otros países de Latinoamérica y el Caribe.
Brasil registró 1.709 casos de bebés con microcefalia, cuyas madres podrían haber contraído el zika durante la gestación, informaron fuentes oficiales el miércoles.
Las autoridades sanitarias señalaron que del total de casos, los exámenes de laboratorio confirmaron que 267 tuvieron una relación directa con el zika, según el boletín epidemiológico divulgado por el Ministerio de Salud, que incluye información actualizada a fecha del 16 de julio.
No obstante, el Ministerio sospecha que hubo una infección de zika en la mayor parte de las madres que tuvieron bebés con microcefalia, aunque el vínculo entre la enfermedad y el virus todavía no ha podido ser plenamente confirmado.
La gran mayoría de los casos de microcefalia se concentra en la región nordeste de Brasil, donde nació el 85,7% de los bebés con dicha malformación, según datos del ministerio.
El virus se ha convertido en un motivo de preocupación para los atletas y turistas que visitarán Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos que comienzan el próximo 5 de agosto, lo que ha llegado a poner en duda la participación de algunos deportistas.
Tanto la OMS como el gobierno brasileño coinciden en subrayar que el hecho de que los Juegos Olímpicos se celebren en agosto, durante el invierno austral, limita el riesgo de contagio porque la población del mosquito transmisor del virus se verá reducida de manera sustancial.