ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ
Lo comparan con el Leicester City de Inglaterra, pero la historia del Independiente del Valle es todavía más surreal.
El modesto club ecuatoriano, de la ciudad de Sangolquí, a 25 minutos de Quito, clasificó este jueves a la final de la Copa Libertadores de América tras vencer de visitante al gigante del fútbol argentino Boca Juniors en el estadio la Bombonera.
Hace una semana ya lo había hecho en Ecuador, en el estadio Atahualpa, recinto que tuvo que arrendar para las semifinales debido a que su estadio, el Rumiñahui, no tiene la capacidad para albergar a los miles de aficionados que se han contagiado esta temporada con la fiebre «negriazul» del valle.
A diferencia del actual campeón de la Liga Premier, que pasó de la tercera división al título en siete años, el surgimiento del Independiente del Valle ocurrió en una categoría que para el Libro Guinness de los Récords no es lo suficientemente buena como para ser reconocida: el campeonato de segunda de Ecuador, que es en realidad la tercera división.
Esa fue la justificación de Guinness, por ejemplo, para no validar la goleada propinada por un equipo de esta categoría, el Palileo, en mayo de este año. La histórica goleada 44-1 en Ecuador que Guinness no reconoce como récord
Y el Independiente logró el título de segunda en 2007, para ascender por primera vez a la máxima división del fútbol ecuatoriano tres años más tarde.
Desde entonces su progresión ha sido imparable, hasta el punto que de ser un protagonista en la liga de su país pasó a ser este año un matagigantes del fútbol sudamericano.
Su fútbol está basado en un exhaustivo desarrollo de su cantera, por la que pasó Jefferson Montero, futbolista que es titular de la selección y figura del Swansea en la Liga Premier de Inglaterra.
De allí que sea el único club sudamericano en participar en las tres ediciones de la Copa Libertadores Sub-20 «Futuro de América».
Pero también ha sido fundamental la presencia del técnico uruguayo Pablo Repetto, quien ha sido el encargado de darle el empuje final para que el Independiente se transformara en un actor de importancia tanto en Ecuador como en la escena internacional.
Otro factor que ha generado un sentimiento especial y que ha unido a los aficionados de fútbol en Ecuador, sin importar el club por el que hinchan, es el hecho que la directiva del Independiente ha destinado el dinero recolectado en sus partidos en la Copa Libertadores a los damnificados por el terremoto del pasado 16 abril.
Gesto que volverá a repetir en el primer partido de la final contra el Atlético Nacional de Colombia, encuentro que se jugará el próximo 20 de julio en el estadio Atahualpa, el principal de la capital ecuatoriana.
La vuelta será siete días después en Medellín, donde se sabrá si un modesto club que nunca ha ganado un título en la máxima categoría del fútbol se convierte en campeón de América.
El conjunto paraguayo desperdició un penalti que le hubiera dado la clasificación en el último minuto del partido de vuelta en la fase previa.