FUNDACIÓN MILENIO
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“…estas sierras están peladas, y no crían ni yerba ni árbol alguno, son bermejas; creemos que tienen mucho metal… y por no llevar aparejo de mineros ni fundidores, ni las herramientas que era menester para catar y buscar la tierra, no hice buscar el metal, dejándolo para otra vez cuando volviese por ahí…”Así registra la historiografía el decir de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el adelantado del Río de la Plata cuando el 18 de noviembre de 1543 descubriera lo que hoy se conoce como “El Mutún” un gigante de alrededor de 75 km2 al que el tiempo durmió y cuando pudo despertar, lo mantuvieron dormido los gobiernos de turno desde antes de principios del siglo XX.
Pasaron casi cuatro siglos desde entonces, hasta que luego de las innumerables pérdidas territoriales de Bolivia y la depresión de la minería nacional que cierra un ciclo histórico a finales del siglo XIX, en el pedido al Congreso de la República por la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz a través del Memorándum de 1904 donde se pide una mirada al oriente y la salida al mar por el atlántico, se vuelve la mirada hacia El Mutún como un elemento fundamental del desarrollo de la región.
Desde entonces han sido muchos los intentos fallidos a lo largo de los años para consolidar la explotación del yacimiento, entre las cuales se pueden mencionar a la Empresa Siderúrgica Boliviana (SIDERSA S.A.) creada en 1973, posteriormente a través de la entonces Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz (CORDECRUZ) se conformó la Unidad Promotora del Proyecto Siderúrgico Nacional desde principios de la década de 1980, posteriormente en el año 2002 la entonces Unidad de Reordenamiento del Ministerio de Desarrollo Económico suspendió en reiteradas oportunidades la licitación internacional para la explotación del yacimiento, so pretexto de realizar actualizaciones y enmiendas a los diferentes pliegos a ser licitados.
Posteriormente luego de tener un camino recorrido con la Empresa EBX hasta 2005, se procede a la licitación del yacimiento cuya adjudicación del 50 por ciento del mismo recayó en la empresa Jindal Stell & Power en 2007 con la que finalmente y luego de diferentes procesos legales que incluyeron la ejecución de boletas de garantía, finalmente se concreta en 2016 un nuevo intento con la empresa Sinosteel Equipment de origen chino, por una inversión de US$ 422 millones, de los que el 85 por ciento provienen de un crédito de China y el resto de fuente del Estado, con ello se permitirá la producción de 250.000 toneladas año de hierro esponja que se constituye en el componente principal usado en el proceso de producción del acero, de ello, 86.000 toneladas son para exportación. Adicionalmente serían tratadas de manera anual alrededor de 650.000 toneladas de mineral bruto para obtener 414.000 toneladas de concentrados.
Hay que considerar que las reservas estimadas de mineral que concentra El Mutún oscilan alrededor de 40.000 millones de toneladas, por lo que está por descontado el potencial que resta por aprovechar para generar un mayor desarrollo, inclusive algunos pronunciamientos de expertos en la materia dar cuenta que con la firma reciente, solamente se cubriría alrededor del 60 al 70 por ciento del mercado interno.
Si bien es cierto que El Mutún es una de las reservas más grandes de hierro, hay que considerar que para su consolidación es importante una fuerte inversión para logística y equipamiento puesto que una de las desventajas del yacimiento es la distancia con la capital y con el atlántico, el tramo ferrocarrilero y un desarrollo fluvial son megaproyectos fundamentales para darle viabilidad de largo plazo al proyecto.
Algunos datos estadísticos a escala mundial refieren que en los dos primeros meses del 2016, América Latina en su conjunto demandó más de 1,2 millones de toneladas de acero desde China, lo cual representa cerca del 7 por ciento de toda la exportación mundial de China de este metal y sus derivados.
Otro aspecto de cuidado es la cotización del mineral puesto que en la gestión 2013 la tonelada de hierro se cotizaba hasta en US$ 160, bajando considerablemente a US$ 39 a fines del 2015 como consecuencia de la caída de los precios a escala internacional y en la actualidad el precio oscila en US$ 55 la tonelada de hierro y a estos niveles de precios no precisamente es el más atractivo para su comercialización.
Como se puede apreciar en el cuadro 1 el precio internacional del hierro acompañó la tendencia mundial de los precios internacionales de los commodities habiéndose multiplicado por más de 4 veces:
Por otro lado, en el periodo de mayor crecimiento del precio internacional del hierro, precisamente fue cuando estaba en el país la empresa Jindal Stell & Power con la cual finalmente como se indicó líneas arriba luego de una serie de problemas e inconvenientes se resolvió el contrato perdiendo de esta manera una gran oportunidad por el momento coyuntural de buenos precios. La historia determinará donde estuvieron los problemas para que esto no se concrete, si fue una responsabilidad de las autoridades el no prever las condiciones para adjudicar a una empresa que haya cumplido, si estas mismas autoridades no garantizaron las condiciones para que la empresa desarrolle sus actividades con normalidad de acuerdo a contrato o finalmente dónde estuvo el problema y quienes fueron los responsables puesto que aquello le significó al país cuantiosos ingresos que no pudieron concretarse.
El gráfico 1 nos visualiza en pixel plateado el periodo donde se registró el mayor crecimiento del precio internacional del hierro y la presencia de la Jindal en el país:
Quedará el reto para la nueva empresa que todo el conocimiento de la industria China basado en economías de escala pueda replicarse de alguna manera en El Mutún para que el proyecto a los precios actuales pueda tener esperanzas en el largo plazo, de momento las expectativas de las autoridades de gobierno es que el proyecto en las condiciones pactadas permitirá inyectar a la economía nacional al menos US$ 600 millones.
Este es un factor clave puesto que por las dimensiones de la planta con las cuales se ha firmado el nuevo contrato sería muy difícil que ello permita tener competitividad en términos de economías de escala en relación a industrias similares en la región, ello sin considerar los costos adicionales de logística, transporte, laborales, operativos, licencias como el caso del horno de fundición; con los cuales el volumen de producción probablemente no llegue a compensar las expectativas.
Que el yacimiento de hierro que concentre aproximadamente un 20 por ciento de la reserva mundial de hierro se encuentre en Bolivia es todo un reto y un crimen a la historia y al futuro no aprovechar semejante bendición de Dios para mejorar la calidad de vida de los bolivianos.
Propuesta
Sin lugar a dudas que la clave estará en poder dotar de las condiciones necesarias de provisión, de insumos y requerimientos básicos para que la empresa adjudicada pueda desarrollar sus actividades y que las comunicaciones e infraestructura de transporte y logística permitan tener menores costos de transporte y transacción para poder paliar un poco los márgenes de rentabilidad ante la reducción del precio de referencia internacional del mineral.
Habrá que tener fe, así como el símbolo del hierro en la química.