Noticias El Periódico Tarija

Carlos Melean Hamburgo
(Alemania)

No hay mejor juguete que un pueblo ignorante, indiferente, sumiso… por eso vemos en el siglo XXI cosas como las que pasan en nuestro país, o Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba, Ecuador y así poco a poco casi toda Latinoamérica… claro que en todas partes hay ministerios públicos, ministerios, de transparencia, de igualdad, de justicia, de recursos naturales, defensores de la democracia, fauna y flora, pero al parecer estos ministerios son simplemente la fuente de trabajo para esos que se vendieron al sistema, para hacernos creer que vamos cambiando, pero lo raro es de que la corrupción, los delitos al pueblo sieguen ahí y van creciendo, van tomando formas legales, para que después nadie se queje…

Y claro que perdí mi celular, perdí mi virginidad, perdí mi billetera, perdí a mi hijo, a mi suegra, a mi mujer, y claro que el fondo indígena perdió los millones y el satélite se perdió en la estratósfera y los camiones en el camino y como todo se pierde, el perder las cosas es la mejor forma para explicar las cosas y si se pierde, mejor dicho a rompe, la cadena de mando pues salen los policías a patear a todo el mundo y después nadie sabe nada, nadie se acuerda de nada. Por eso perdemos títulos, doctorados, perdemos la memoria de cuándo salimos bachilleres y a qué colegio fuimos y también perdemos el conocimiento de los lenguajes de estas tierras y hablamos con un lenguaje que la mayoría no domina y con ese lenguaje salen a defender los intereses, los derechos de esos pueblos, originarios, milenarios…

Y el que no sabe esos idiomas no está calificado para defendernos, y los que nos gobiernan no dominan ningún idioma pero están ahí gobernándonos y bueno la lógica se perdió también en este enredo llamado Bolivia, y lo más interesante es de que ese MI(ni)STERIO público lo sabemos todos, pero igual no hacemos nada, porque no hacer nada es haber perdido no solamente el celular, sino la identidad social, esa identidad que hace de un pueblo un pueblo. Dicen que ahora hay un órgano estatal para… controlar las redes abstractas, el órgano público para controlar las calles son los policías y ya vemos lo que pasa cuando ellos controlan sin haber entendido su misión, sin haber entendido que ellos están ahí para defender al pueblo… pero defender al pueblo viéndolo de otro punto de vista, sería armar una revolución, porque ellos tanto como las Fuerzas Armadas NO pueden, no deben, no tienen que tener una opinión personal, porque ellos son las marionetas del estado, de ese estado que amenaza invadir a otros países, de ese estado que amenaza al propio pueblo.

Ok, perdí mi celular, por eso otros mandaron esos mensajes públicos de amor, de amor al prójimo, y como es mi celular privado, pues no importa porque con ese teléfono no hacía nada, ya que lo llevaba conmigo para que mi bolsillo tenga algo, tenga algo para calentarme las bolas…  cosas extrañas porque si a nosotros los mortales se nos pierde el celular, perdemos muchas cosas, y si alguien que es importante pierde su celular pierde más cosas aún, pero ahora resulta que perder algo tan privado es una escusa, y si alguien luego llama a los contactos encontrados no pasa nada.

Así de simple se explican los misterios públicos, así de simple le dan otra cara, así de simple no los venden para que veamos que son santitos, que todo es una trama de los malos, de esos malos que nos hacen perder las cosas, perdemos contratos millonarios, porque… en realidad nadie pierde nada, porque ellos ya crearon la infraestructura para poder hacer lo que les venga en gana.

Nuestra realidad es fácil de entender, es fácil de explicar, no necesita de nadie que nos la cuente o interprete lo que pasa, las cosas son directas y sencillas y ellos, los que nos gobiernan, ni se toman la molestia de tratar de hacerlas un poco más decentes… Ellos saben que nadie puede demostrar nada, porque el problema no es el demostrar algo, sino el problema es de que las reglas del juego fueron acomodadas a sus necesidades… por eso perdimos, perdimos los derechos básicos como pueblo y ahora vaya uno a saber dónde encontrarlos…