El Comercio
El papa Francisco pidió perdón por las heridas y ofensas provocadas a la población de la ciudad chilena de Osorno (sur) dividida por la designación del obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales, en un mensaje leído el domingo durante una misa por uno de sus enviados, monseñor Charles Scicluna.
«El papa Francisco me ha encargado pedir perdón a cada uno de los fieles de la diócesis de Osorno y a todos los habitantes de este territorio, por haberles herido y ofendido profundamente», indicó Scicluna durante la ceremonia realizada en la Catedral San Mateo de Osorno, 930 km al sur de Santiago.
Los enviados papales Scicluna y Jordi Bertomeu encabezaron la misa que busca reparar y reconciliar una comunidad de laicos profundamente dividida por la designación como obispo en 2015 de Juan Barros, acusado de encubrir los actos de pederastia del influyente sacerdote Fernando Karadima, en un escándalo que destapó la peor crisis de la historia de la iglesia en Chile.
Todos los obispos chilenos, incluido Barros, renunciaron ante el papa en una reunión en el Vaticano en mayo pasado, en medio de duras críticas del pontífice por el trato que el clero del país dio a las denuncias de pederastia.
Francisco, quien defendió a Barros en su primera visita a Chile en enero pasado, decidió aceptar su renuncia así como la de otros dos obispos.
Pese a esto, los laicos afirmaron el domingo, minutos antes del inicio de la ceremonia, que ésta «no es una misa de reparación ni de reconciliación» y manifestaron que «se inicia hoy un largo proceso de sanación que durará seguramente mucho tiempo», en un comunicado leído por Mario Vargas, representante de los Laicos de Osorno.
