Noticias El Periódico Tarija

En nuestros años de estudiantes ya se veía un marcado interés en llegar a la dirigencia de algunas carreras, facultades o de toda la universidad. En particular en Derecho se sentía con mayor fuerza esa tendencia a la política en época de estudios y no se veía mal, aunque ya se percibía la influencia de partidos vigentes que encontraban una verdadera cantera en la U. Eso sucedía en Tarija pero en ciudades como La Paz o Sucre, el tema era más sensible aun porque la influencia de los políticos también era mayor, estábamos lejos de esos escenarios y experiencias todavía.

Hoy la historia es otra, en la otrora tranquila y apacible universidad pública tarijena ya se tienen espectáculos que nada tienen que envidiar a las más caóticas del país y del continente. Desde hace unos años atrás, como que la dirigencia estudiantil se desbocó sin que nadie pueda ponerle coto al problema, porque ya es eso, un gran problema, el espacio otorgado por rectores, decanos, etc. a ciertos estudiantes que lo que menos quieren es estudiar, abrió una peligrosa puerta que ha llevado a Juan Misael Saracho a momentos críticos, el ceder a pretensiones de ciertos grupos organizados de malos ciudadanos ha dado lugar al abuso, la prepotencia, la corrupcion y ambición desmedida por llegar y aprovecharse de ese seudo poder sin que se atrevan a interponerse en su camino.

Por eso las pugnas y peleas, por eso la escalada de violencia en la universidad chapaca, es manejar poder y recursos económicos porque en los tiempos que corren, se ha incentivado a los dirigentes otorgándoles la administración de mucho dinero sin control alguno y sin que rindan cuenta a nadie. Lo que se vio y se ve en la U ya no sorprende, solo da lástima, porque pensamos que había cambiado y no es así, lo triste es que quienes se agreden e insultan son los futuros profesionales y líderes de este país. Es la señal de que aquello que denunciamos hace uno o dos años sigue vigente y latente, no importa quién tiene la razón, no hay razón que se entienda ante la violencia y la intolerancia que tienen sus cimientos en nuestra universidad.