Desde afuera nos vieron y nos ven de manera distinta, se enteraron que menos de 500 mil habitantes del departamento más pequeño de Bolivia, iban a tener miles de millones de dólares como una oportunidad de progresar, de cambiar su futuro para siempre, de convertirse en una región próspera y progresista, capaz de invertir semejante cantidad de recursos en lo importante y necesario… y hasta envidia sintieron… pero no fue así, por eso los que llegan después de muchos años no aceptan que sigamos casi igual, es inevitable que la capital sea la muestra de todo el departamento, en las provincias se repite la misma historia, a pesar de que es más evidente el crecimiento, no da para asimilar cómo no se pudo aprovechar ese cuarto de hora.
No sólo seguimos sufriendo las carencias de antes, no tenemos agua suficiente, nuestra ciudad se puede quedar sin líquido elemento en pocos años más y de las ciudades intermedias y pueblos, ni hablar. En saneamiento básico la situación es más dramática, bajo porcentaje de urbes con alcantarillado y menos sobre el tratamiento de sus aguas negras, en Tarija las botamos al río a pesar de que sabemos que lo estamos matando, así sucede en otros lugares también. Si de servicio eléctrico hablamos, tenemos una empresa con un déficit enorme, en la quiebra, que sólo siendo distribuidora tiene más problemas que cuando también era generadora, tenemos ciudades como Bermejo donde es más normal no tener luz que tenerla… en fin…no se sembró la plata del gas que simplemente se esfumó en nuestra narices.
Para colmo, con la caída de ingresos de estos últimos años y la mala administración de nuestras instituciones, también cayeron los índices de empleo, la falta de trabajo campea por la calle, la gente está desesperada porque no tiene donde recurrir, no tiene dinero en el bolsillo ni tampoco una fuente legal de donde obtenerlo, cada día que pasa la situación es peor, es más dramático el cuadro sin exageraciones, nuestras instituciones y autoridades no han logrado darle certidumbre a la población en tan delicado tema, de ahí el crecimiento del comercio informal, la apertura de tantos negocios sin consumidores, el incremento en el numero de taxis y de la delincuencia y… nada dice que algo vaya a cambiar, por el contrario. A todo eso súmele la terrible pandemia que nos afecta hace más de un año y tendrá la combinación perfecta para un escenario de pobreza y miseria que, situación que debe ser abordada urgentemente antes de que se vuelva inmanejable.