Tanto el gobernador Óscar Montes como el alcalde de Tarija, Johnny Torres, presentan este jueves sus respectivos gabinetes de secretarios. Ambas instituciones tienen realidades parecidas pero no iguales, eso es lo que obliga a definir muy bien el perfil de quién debe ocupar cada cartera.
Óscar Montes ha anunciado que de trece secretarías sólo tendrá seis, para reducir gastos de funcionamiento nos parece una buena medida aunque probablemente varias de las siete que desaparecen se volverán direcciones y podría significar una recarga de responsabilidades sobre el titular de unas cartera especifica, porque tendrá que ver y decidir sobre otros aspectos más. Nada del otro mundo pero es posible que se formen una especie de “súper secretarías”, así como en tiempos de Goni tuvimos “súper ministros”. Cómo dijimos, para bajar gastos es una buena medida pero se corre el riesgo de que se haga más pesada la gestión en algunas situaciones. En lo político, el gobernador se queda con la opción de tener solo seis secretarios entre los que deberá definir voceros que salgan a informar o a pagar incendios si es necesario, él no puede aparecer para todo o explicar y hablar de todo, debe cuidarse y el desgaste no le conviene, ahí el perfil exige capacidades y experiencia tanto técnicas como también políticas. Se dice que hacer política es 80% comunicación y 20% política, por algo será.
Johnny Torres debe pensar igual, en perfiles técnicos y políticos a la vez que le ayuden a solucionar los muchos problemas que tiene la institución, si bien no se reducirá el número de secretarías según se sabe, es preciso que cada Secretario ayude al alcalde y no le abra frentes gratuitos con lo que le toca resolver o tratar, si no es así el burgomaestre tendrá que invertir gran parte de su tiempo en solucionar esos conflictos que sus colaboradores no supieron manejar y no es la idea. Cada uno de ellos está ahí para ayudar a alcalde, para solucionar problemas, no crearlos o ser parte de ellos.
Seguro que la población espera con ansias conocer quiénes serán los secretarios de uno y otro, porque sólo con este detalle, se dará un mensaje claro de cómo se quiere llevar la gestión y hacia dónde. Veremos si estas autoridades apuestan por una camada de nuevos profesionales o se siguen sosteniendo de otros que tienen la experiencia en particular en gestión pública. Tal vez una combinación le vendría bien a la administración pública tarijeña, porque ya es tiempo de considerar a los jóvenes junto al sólido cimiento de la experiencia y conocimientos de los que tienen más años.