Gabriel Morales Espíndola/Bolinfo/Tarija
(elPeriódico-Diciembre, 24/2020) El analista económico y miembro del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero Torrejón, conversó con “elPeriódico” acerca de varios aspectos relevantes sobre el Presupuesto General del Estado (PGE) para la gestión 2021, destacando la distribución de la mayor cantidad de recursos y la reducción “mínima” del gasto público.
“El PGE ha sido modificado a lo que presentó Jeanine Áñez, no ha habido cambios estructurales a excepción de algunas partidas, pero aún se mantiene el centralismo, un 85% va a ser destinado para el gasto de los tres órganos (del Estado), tanto Ejecutivo como Legislativo y Judicial, el resto va a ser destinado a las demás áreas, el presupuesto para las alcaldías, universidades y gobernaciones va a caer notablemente porque hay menos ingresos fiscales”, sostuvo.
De ese modo, Romero centró su atención en que más allá de las “promesas electorales”, el aparato estatal no ha sufrido grandes cambios respecto a los recursos económicos que serán destinados para el gasto público, principalmente en sueldos y salarios.
“Respecto al anterior presupuesto de Áñez, apenas se redujo en un 0,8%, prácticamente nada, eso es lo preocupante, que simplemente se está quedando en promesas electorales y no estamos descentralizando ni haciendo menos ineficiente el aparato público, manteniendo el mismo con elevados gastos fiscales, lo preocupante es que nuestro presupuesto está hecho sobre la base de ingresos futuros”, argumentó el economista.
En este ámbito, existen dos tipos de ingresos; internos y externos, el primer componente situado en la venta de hidrocarburos y no es seguro que los volúmenes y los precios internacionales se mantengan.
ElAPUNTE
Un presupuesto “volátil”
Si bien uno de los pilares para el Presupuesto General, consistente en Bs 290.000 millones, es el financiamiento externo, en base a empréstitos que pueden ser sujetos a negociación.
Sin embargo, la política extractivista y el cobro de impuestos nacionales, no representan un monto fijo de ingresos para la administración del Estado, sino que, por el contrario, en los últimos años se han reducido los precios del gas y el petróleo, afectando las regalías departamentales.