AGENCIAS/AS
(Mayo 22/2020) Es díficil encontrar un propietario peor que Donald Sterling en el deporte estadounidense. Desde 1981 hasta 2014, gobernó unos Clippers que fueron durante casi todos esos años una broma pesada, una de las peores franquicias profesionales tanto si se miraba lo deportivo como lo administrativo o lo social. Eso sí: compró el equipo por 12,5 millones en aquel 1981, y por una sugerencia muy directa del ya dueño de los Lakers Jerry Buss, y los vendió en 2014 por unos 2.000 millones, acuciado por un tremendo escándalo tras la aparición en los medios de unos comentarios racistas que había hecho a su por entonces amante. Solo hay que ver la gestión de Ballmer en los últimos seis años para entender que los Clippers perdieron décadas, por muy alargada que sea en L.A. la sombra de los Lakers, en manos de un propietario tacaño, sin visión comercial ni deportiva, acomodado en la mediocridad y salpicado por casos de sexismo, racismo…
Una buena pieza se mire como se mire, Adam Silver llevaba poco en el cargo de comisionado pero supo manejar con rapidez y buena mano la salida de un Sterling cercado, finalmente, por la presión del que era su entrenador, Doc Rivers, y de una plantilla con Chris Paul a la cabeza. Sterling necesitó once año para vivir su primera temporada con balance ganador (1991-92). En los 33 que estuvo al frente de la franquicia, los Clippers perdieron 50 partidos o más 22 veces, 60 o más ocho veces y 70 una vez. Y eso sin incluir el 9-41 de 1998-99, año de lockout. Tanto el New York Times como Forbes lo eligieron el peor propietario del deporte norteamericano, y en su etapa (1981-2014) ninguna franquicias de las cuatro grandes (NFL, MLB, NBA y NHL) tuvo peor balance de victorias que sus Clippers.
LOS DATOS
Una de esas temporadas horribles de los Clippers fue al 1993-94: balance de 27-55 para un equipo que venía de jugar dos temporadas seguidas playoffs (por primera vez desde 1976 y por última hasta 2013) y por el que pasaron Ron Harper, Danny Manning (enviado a Atlanta después por Wilkins y una primera ronda), Mark Jackson y unos ya muy veteranos Dominique Wilkins y Mark Aguirre.
Esa temporada, la que se perdió Michael Jordan por su extraña primera retirada (regresó después, a tiempo de jugar los playoffs de 1995), estuvo gobernada por un Hakeem Olajuwon imperial que fue MVP y llegó a los Rockets al primero de dos títulos seguidos.