Evitar que la gente se contagie por contacto cercano, hoy denominada distancia social, que el personal médico y los cuidadores debían protegerse, hoy implementación de la bioseguridad del personal sanitario, el aislamiento para evitar la propagación, actual cuarentena, una ley de aplicación «de forma robusta” y finalmente que la gente se mantenga un estado mental positivo, destacan entre las acciones aplicadas en Atenas, las cuales se aplican en la actualidad.
La plaga de Atenas o peste de Atenas fue una epidemia devastadora que afectó principalmente a la ciudad-estado de Atenas en el año 430 a. C., en el segundo año de la Guerra del Peloponeso. Se cree que debió llegar a Atenas a través de El Pireo, el puerto de la ciudad y única fuente de comida y suministros. La ciudad-estado de Esparta y gran parte del Mediterráneo oriental también fueron afectados por la epidemia, aunque en menor medida. La plaga volvió en dos ocasiones, en el 429 a. C. y en el invierno de 426-425 a. C.
Esparta y sus aliados, con la excepción de Corinto, eran casi exclusivamente potencias basadas en tierra firme, capaces de concentrar grandes ejércitos de infantería que eran casi imbatibles. Bajo el mando de Pericles, los atenienses se retiraron tras las murallas de Atenas, esperando mantener a Esparta controlada mientras que su marina superior arrasaba los transportes de tropas espartanos y cortaba las líneas de suministro. Desafortunadamente, la estrategia también llevó a que mucha gente del campo entrase en la ya sobrepoblada ciudad de Atenas. A su vez, gente que vivía fuera de las murallas se desplazó asimismo hacia el área central, convirtiendo a Atenas en el lugar perfecto para el contagio masivo de la enfermedad
Pericles, un importante e influyente político y orador ateniense del siglo V a. C., pronunció uno de sus discursos más famosos después de que una plaga devastadora en el año 430 a. C. probablemente una forma de tifus, acabara con cerca de un tercio de la población de Atenas. La historia permite recoger las enseñanzas del pasado para su aplicación en el presente, como el caso de la Pandemia del Coronavirus.
Esta alocución, así como otra que hizo para honrar a los caídos de una destructiva guerra contra Esparta, fueron reportadas por el historiador Tucídides, cuya descripción de la Gran Plaga es digna de leerse solo por su virtuosidad literaria.
Lo que no cambia, según lo que dice Tucídides, es la naturaleza humana: puedes esperar que la gente reaccione de forma similar cuando se ve enfrentada con eventos como los ocurridos en el pasado.
Pericles en una alocución en Atenas.
(Siglo V a. C.)
El historiador y militar ateniense escribió sobre estas experiencias porque pensaba que entender mejor los eventos que le había tocado vivir, podría servir de guía para responder a situaciones similares en el futuro.
MODELO MÉDICO
El método con el que se combatió esa plaga lo diseño, uno de los médicos más innovadores de su época: Hipócrates. En lugar de recetar plegarias y rituales religiosos, hechizos y conjuros, o hierbas exóticas y remedios de curanderos, Hipócrates y sus contemporáneos visitaban a los pacientes enfermos, tomaban notas meticulosas de sus síntomas y hacían un registro de cómo respondían ante los tratamientos recomendados, tal como dormir, hacer ejercicio y seguir una dieta específica.
Partenón en Atenas fue construido durante la época de Pericles.
Uno de los peores aspectos de la plaga era la desesperación en la que caía la gente cuando se enteraba de que estaba enferma, según observó Tucídides. «Aquellos que estaban convencidos de que no tenían esperanza se rendían mucho más rápido y morían». Otro era la tasa de infección entre quienes acudieron para cuidar y atender a otros: murieron en masa y tuvieron la mayor incidencia de mortalidad. Además, la peste dio como resultado el surgimiento del delito, ante la desesperación de la gente.
Según las observaciones de Tucídides, para enfrentar la epidemia se determinó implementar leyes para evitar que la gente se contagie por contacto cercano, hoy denominada distancia social y que el personal médico y los cuidadores debían protegerse, hoy implementación de la bioseguridad del personal sanitario, además de establecer el aislamiento como medida para evitar la propagación, la actual cuarentena. La ley señalaba su aplicación «de forma robusta”, es decir, de estricta y forzada aplicación y finalmente que la gente se mantenga un estado mental positivo para superar la situación. La historia permite conocer que las acciones asumidas en la actualidad por todos los países por efecto de la pandemia del Coronavirus (Covid 19) y recogerla como enseñanza de la epidemia que azotó a Atenas hace 2.450 años.
Los atenienses sobrevivieron la plaga del año 430 a. C. con una resistencia sorprendente. «Solo 15 años después pudieron reunir una enorme fuerza militar y naval para montar una ofensiva en el extranjero». Pero cuando la peste azotó, Atenas había ido recientemente a la guerra y un gran contingente de tropas había sido enviado al norte para luchar. Lamentablemente, se llevaron la enfermedad con ellos y más de 1.000 hombres murieron por esta causa. Uno de los soldados que participaron en la campaña fue el filósofo Sócrates.
La Peste de Atenas 1652-1654
No solo que sobrevivió a la infección, gracias supuestamente, a su fortaleza física y disciplina, sino que, al regresar a su ciudad, azotada por la peste, ayudó a los enfermos y moribundos, sin contagiarse. Sócrates, evidentemente, adquirió inmunidad por su exposición anterior a la enfermedad. Lo mismo ocurrió con Tucídides, quien sobrevivió a la infección y reconoció que haber estado expuesto a la enfermedad lo había dejado inmune.
En su “Historia de la Guerra del Peloponeso”, Tucídides describe la llegada de la epidemia, que comenzó en Etiopía, atravesó Egipto y Libia y llegó luego al mundo griego. La epidemia brotó en la ciudad abarrotada, y Atenas perdió posiblemente un tercio de las personas que se cobijaban tras sus muros. La visión de las piras funerarias ardiendo hizo que el ejército espartano se retirara por temor a la enfermedad. Mató a gran parte de la infantería ateniense, algunos de los marinos más expertos y a su líder, Pericles, que murió en uno de los brotes posteriores en 429 a. C. Tras el fallecimiento de Pericles, Atenas fue dirigida por una sucesión de jefes débiles e incompetentes. Según Tucídides, hasta el año 415 a. C. la población de Atenas no se pudo recuperar lo suficiente como para preparar la desastrosa Expedición a Sicilia.
Tuvieron que pasar miles de años para que la inmunidad se comprendiera cabalmente, pero lo escrito por el historiador ateniense demuestra que la historia, en retrospectiva, puede ser una especie de vacuna. La historia no debe ser un simple recordatorio de los horrores del pasado. Puede guiarnos para que adoptemos precauciones, y permite recordar que la observación acertada es vital para garantizar una mejor respuesta en el futuro, y asegurarnos de que, un día, regresará la vida a la normalidad. La historia nunca se repite de manera exacta, incluso aunque puede ofrecernos lecciones valiosas para la posteridad. Pericles mantuvo por tres décadas una gran influencia en Atenas hasta que falleció por la plaga un año después de su recordado discurso, en 429 a. C, a los 66 años de edad.
En momentos en que la pandemia actual de covid-19 augura un futuro sombrío, enseñanzas de la plaga de Atenas pueden ayudarnos a entender qué nos depara el futuro y cómo estar mejor preparados para afrontarlo.