La Lepra, Peste Negra, Fiebre Amarilla, Viruela, Sars y Coronavirus: las cuarentenas que registra la historia
La del coronavirus o Covid-19 no es ni mucho menos la primera cuarentena de la historia de la humanidad. Anteriormente, varias epidemias azotaron a la humanidad y algunas de ellas se salieron de control incluso durante un siglo. Un ejemplo de esto es la peste que, por el inexistente conocimiento que había sobre su funcionamiento y velocidad de propagación, no pudo detenerse con anterioridad.
Las formas de aislamiento más primigenias son las que aparecen mencionadas en el bíblico Pentateuco, hace más de tres mil años. De aquí se inspiraron los médicos que trataron a los leprosos, y esta práctica se hizo popular entre los siglos XIII y XIV. Actualmente, se recurre a periodos de cuarentena que rondan entre los cuarenta y los cien días, o los que se aconsejan en función de la gravedad y el tipo de enfermedad que se tenga. Nos remontamos al siglo VI de nuestra era, para conocer las cuarentenas más destacadas de la historia.
LEPRA
Tal y como recogen algunos documentos, todo apunta a que la primera vez en la historia que se recurrió a la cuarentena fue durante la epidemia de la Lepra que asoló Lyon (Francia) en el año 583. Los líderes decretaron el aislamiento de los enfermos de la lepra. En los años posteriores, muchos países de Europa siguieron sus pasos y para el año 1200 había alrededor de 19.000 «colonias de leprosos» repartidas por el continente.
La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por el bacilo Mycobacterium Leprae que afecta principalmente los nervios periféricos y la piel, pero también afecta otros sitios tales como las mucosas, los ojos, los huesos y los testículos. Sus complicaciones más severas son la desfiguración, la deformidad y la discapacidad (ya sea por el compromiso neurológico o la ceguera). La lepra fue históricamente incurable, mutilante y vergonzosa.
Se sabe que afecta a la humanidad desde hace al menos 4000 años, cuando en 2009, en una excavación arqueológica llamada Balathal (Rayastán, al noroeste de India), se encontraron en lo que había sido un asentamiento (chozas de piedra y ladrillos de barro, y donde cultivaban la cebada) los restos óseos de un varón adulto de unos 30 años de edad con muestras de haber padecido esta enfermedad y no haber recibido ningún tipo de tratamiento para curarla. Dichos restos estaban enterrados en ceniza de estiércol de vaca dentro de un recinto de piedra de paredes gruesas en los límites de dicho asentamiento. La datación por radiocarbono indicó que el esqueleto fue enterrado entre el 2500 y el 2000 a. C.5
La evidencia más antigua de la lepra era un esqueleto egipcio del siglo II a. C. Durante la Edad Media, los que padecían esta enfermedad llevaban unas pequeñas tablas en la mano, llamadas tablillas de San Lázaro, las cuales al golpear entre sí avisaban a la gente de su paso. San Lázaro es el santo de los leprosos y los mendicantes.
En el año 2000 a. C. en la India, se registra la primera mención de la lepra, así como su cura ritual mediante plegarias, aparece con el nombre de kilasa, “mancha blanca en la piel” en el texto hinduista Átharva-veda (1, 23), de fines del II milenio a. C. en el año 1512 a. C. , en la Tierra de Israel, hacia el siglo XV a. C., en Levítico (libro del Antiguo Testamento) se menciona que los kohen (sacerdotes del orden de Aaron) estaban obligados a saber reconocer a un metzora, es decir, un varón atacado de una enfermedad llamada tzara’at.
Esta enfermedad es traducida como lepra, aunque se plantea que no tiene nada que ver con la causada por el bacilo de Hansen. El síntoma era una mancha blanca en los pelos de la piel acompañada de una llaga. Según la mitología, se producía cuando alguien hablaba mal de otra persona, lo que es llamado Lashon Hará o la Lengua Mala, y entonces Dios le enviaba a esa persona esta enfermedad, exclusivamente a la gente de su pueblo Israel, lo que no ocurría con quienes no seguían a Dios. Como quien hablaba mal de otro producía alejamiento entre las personas es que la cura que le daba el Kohen Gadol (Sumo Sacerdote) era alejarse del campamento durante siete días, lo que se llama “medida por medida”, o sea quien alejó a la gente hablando mal de otros ahora debía alejarse. La intención es que meditara en su conducta en soledad. Al volver debía ofrecer un sacrificio y realizar una mikve, o baño de purificación.
En Números 12:10 observamos esta situación en Myriam o María por hablar mal de su hermano Moisés. Dios hace recaer la lepra sobre ella y debe alejarse siete días del campamento, luego de esto queda sana. Esta suerte de lepra se extendía también a la casa de quien cometía Lashon Hará en el sentido que todo lo que hablamos mal sobre otras personas afecta a los que viven y hasta a las paredes de la casa. Sin embargo, a pesar de las interpretaciones en Levítico 13 y 14 hablan de las instrucciones de Dios sobre esta enfermedad para evitar contagios
La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por la bacteria Mycobacterium Leprae (bacilo ácido-alcohol resistente) que afecta, especialmente, al sistema nervioso periférico, la piel, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se caracteriza por la aparición de úlceras cutáneas, falta de sensibilidad en la piel y debilidad muscular. El ser humano es el único blanco conocido para esta enfermedad. Aunque el contagio es muy difícil, se produce de persona a persona por contacto directo cuando hay proximidad con un enfermo no tratado debido a que se transmite a través de gotículas nasales y orales.
PESTE NEGRA
Esta epidemia, la más mortífera de la historia de la humanidad en 1348, enfermedad terrible y desconocida se propagó por Europa, y en pocos años sembró la muerte y la destrucción por todo el continente acabó con la vida de unos 30 millones de personas, según investigaciones.
Gravado de la Peste Negra.
La enfermedad que asolo a Europa
El calificativo “negra” se debe a las manchas, bubones y al aspecto producido por la gangrena en los dedos de manos y pies. La connotación de mal olor que posee la palabra peste la dieron los hedores emanados al romperse los bubones, ganglios linfáticos inflamados A mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1353, estalló la mayor epidemia de peste de la historia de Europa, tan sólo comparable con la que asoló el continente en tiempos del emperador Justiniano (siglos VI-VII). Desde entonces la peste negra se convirtió en una inseparable compañera de viaje de la población europea, hasta su último brote a principios del siglo XVIII. Por entonces había otras enfermedades endémicas que azotaban constantemente a la población, como la disentería, la gripe, el sarampión y la lepra, la más temida
La peste negra de mediados del siglo XIV se extendió rápidamente por las regiones de la cuenca mediterránea y el resto de Europa en pocos años. El punto de partida se situó en la ciudad comercial de Caffa (actual Feodosia), en la península de Crimea, a orillas del mar Negro. En 1346, Caffa estaba asediada por el ejército mongol, en cuyas filas se manifestó la enfermedad. Se dijo que fueron los mongoles quienes extendieron el contagio a los sitiados arrojando sus muertos mediante catapultas al interior de los muros, pero es más probable que la bacteria penetrara a través de ratas infectadas con las pulgas a cuestas. En todo caso, cuando tuvieron conocimiento de la epidemia, los mercaderes genoveses que mantenían allí una colonia comercial huyeron despavoridos, llevando consigo los bacilos hacia los puntos de destino, en Italia, desde donde se difundió por el resto del continente.
Es difícil conocer el número de fallecidos, pero en el siglo XXI las estimaciones de 25 millones de personas solo en Europa, aproximadamente un tercio de la población, se consideran muy optimistas.
La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia Pestis. Es común que la palabra “peste” se utilice como sinónimo de “muerte negra”, aun cuando aquella deriva del latín “pestis”, es decir, enfermedad o epidemia y no del agente patógeno.