Noticias El Periódico Tarija

Tal vez no era un buen momento para escribirlo, pero se me hacía un nudo en la garganta, guardado en mis adentros, cuando lo que pienso y veo la realidad que en el mundo estamos viviendo, los días del silencio.
Días que nos parecía imposible imaginar las calles vacías, sin movimiento y ruido de los autos, una paz condicionada entre la vida y la muerte, los negocios privados cerrados, los centros de diversiones, las casas de juegos, clubes nocturnos, gimnasios, parques vacíos, aparte de pensar de las escuelas de enseñanzas públicas y privadas sin fecha fija de reinicio de clases. los ruidos de los aviones comerciales que ya no se los escuchan llegar al departamento de Tarija, apenas se oyen los ladridos de los perros en las calles y uno que otro gato calenturiento buscando ampliar su prole. En una condición importante, preservar la vida de nuestros seres queridos, por encima de los intereses personales, lo que se hace en un conflicto bélico con las directrices básicas en tiempos difíciles: asegurar el aprovisionamiento de alimentos, proteger mujeres y niños primero, luego mayores y enfermos, crear lugar seguro a prueba de ataques y fuego, reforzar los equipos de terapia intensiva y personal hospitalario para recibir a los caídos en combate y preparar las zonas de difuntos, fosas comunes etc. Si lo empleamos al pie de la letra las bajas serán menores, habrá oportunidad de sobrevivir, pero eso no dejará que pase lo inevitable, las bajas. El mundo no se preparó para esto pese a que lo advirtieron con semanas de anticipación ahora se huele en las calles el miedo, los cuerpos y las preguntas sin contestar.
Son los días de silencio, las voces apagadas por los caídos sin despedirse de sus seres queridos, abuelitos, padres amigos, vecinos, tíos, primos, compadres, panas que de un abrir y cerrar de ojos nos dejan un vacío, un sentimiento de indignación y tristeza.
Los días de silencio, pensar en los desafíos que nos esperan para sobrellevar esta situación de muerte y fatalidad. Los días de silencio donde el mundo entero se está poniendo a prueba todas sus capacidades, la naturaleza se va reconstruyendo para continuar la vida de nuevo. Esperar en silencio que esto acabe pronto y volvamos y continuemos con nuestras vidas.
Las voces que aún viven se silenciaron, ¿porque?; hasta el miedo en hablar en público es contraproducente para la salud, un enemigo invisible, un ente escondido, una amenaza, el resultado, la incertidumbre que nos hace vulnerables. No sabes si serás el próximo, si tuviste suerte o es tu destino que te toque lo inevitable, con todo esto es bueno reflexionar de muchas remuelas que tuvimos, muchas calamidades de las que nos hemos salvado, pero esto pasara, un día a la vez, sí, mi amigo, esperar en silencio garantiza un día más de vida es mejor hacerlo, porque ese día contará para otra persona, y esa tarea no tiene precio. La verdad saldrá a la luz tarde o temprano sea en muchos años o en algunos meses, pero saldrá, esas calles vacías hablaran y no se callarán de su verdad.
Recién cuando todo está perdido nos acordamos del arquitecto de este universo, el último en recurrir, como siempre. Él nos da la causa y razón de seguir viviendo, tengamos fe y esperanza, por el amor, por la paz del mundo y la continuidad de la vida.