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Paúl Antonio Coca Suárez Arana. Abogado.

Si hay algo en que los partidos deben pensar muy bien al momento de inscribir candidaturas, es en tener a sus mejores cuadros en las 70 circunscripciones electorales de Bolivia, de las cuales 63 son circunscripciones uninominales y siete Circunscripciones Especiales Indígenas Originarias Campesinas.

Las circunscripciones fueron incorporadas para las Elecciones Generales 1997 y han generado interesantes experiencias: En ese año, partidos “chicos” como Movimiento Bolivia Libre (MBL) e Izquierda Unida (IU) tuvieron bancadas parlamentarias compuestas exclusivamente por uninominales, cinco en el primer caso; cuatro para el segundo, entre ellos Evo Morales Ayma que, por esta vía, ingresó dos veces al Parlamento (1997 y 2002, por la entonces C-27 del área rural de Cochabamba).

Entre 1997 y 2002, existieron casos notables de “voto cruzado”, es decir, de quienes votaban en la franja superior por un binomio diferente al partido del uninominal, como el adenista Hugo Banzer (como Presidente) y Juan Del Granado (MBL) para diputado por la C-10 de La Paz; Banzer “arriba” y el mirista Guido “Chelelo” Añez por la C-52 de Santa Cruz, ambos en 1997; cinco años después, fue notable la victoria del socialista Jerjes Justiniano Talavera en la cruceña C-50, mientras que, en la misma zona, el votante apoyó a Gonzalo Sánchez de Lozada para Presidente.

Actualmente, las 70 circunscripciones representan el 42% de la Asamblea Legislativa (es decir, más de 1/3); si, hipotéticamente hablando, un solo partido las ganase todas, tendría el “sartén por el mango”.

Sin embargo, hay asimetrías que deben tomarse en cuenta. Si bien las circunscripciones fueron redistribuidas para 2014 con criterio poblacional, las capitalinas son las más complicadas de obtener por la enorme cantidad de votos requeridos para el triunfo; por ejemplo, mientras que en uninominales urbanas de La Paz, El Alto, Cochabamba Santa Cruz de la Sierra se requiere un aproximado de 50.000 sufragios para la victoria, disminuye la cantidad de votos para el área rural, y más aún para las Circunscripciones Especiales Indígenas. Por ejemplo, un candidato que obtenga 35.000 votos en alguna circunscripción urbana de las ciudades ya mencionadas, será insuficiente para ganarla, mientras que con mil votos se obtiene la Circunscripción Especial de Pando, que se encuentra en el área rural.

Las ciudades capitales e intermedias, por el peso poblacional que tienen, están en condiciones votacionales de elegir al Presidente y Vicepresidente; sin embargo, las áreas rurales determinan importante cuota de diputados ya que existen 34 uninominales en ellas y si sumamos las siete Circunscripciones Especiales Indígenas, hacen un total de 41 diputados, cifra cercana al tercio del Legislativo.