Noticias El Periódico Tarija

Qué bofetadas nos da la vida cuando nos enfrenta con la muerte… irónicamente, lo más seguro de nuestra existencia es morir. Que triste es ver q se va la gente que uno quiere, aquella que ayudó a construir nuestra memoria, nuestra vivencia, que forman innumerables piezas de ese enorme rompe cabezas que vamos armando día a dia… hasta que el Creador decide que hasta ahí llegamos.

De la manera menos pensada, despertamos sin saber que son nuestras ultimas horas, que nunca mas caminaremos por las mismas calles, que dejaremos todo lo material que con tanto esfuerzo y obstinación logramos acumular, que ya no veremos al amigo con el que cantamos el sábado pasado, que ya no estaremos en una parrillada con los changos del grupo… ya no saludaremos más a la dulcera de la esquina ni a la señora de la tienda, tal vez nos quedaremos debiéndole unos cuantos pesos por sacar al fiado. Y lo peor, ya no tendremos oportunidad de reconciliarnos con quienes nos enemistamos por estupideces, la tuvimos pero el orgullo fue más fuerte y ahora la muerte nos engulló y nos robó la esperanza. El abrazo que no dimos a nuestro hermano, el beso que se nos olvidó por cansancio a nuestros hijos, el te amo que no salió de nuestras bocas para quien comparte la cama, la mesa y la vida… la llamada a mamá que no hicimos para saber como estaba… nada, nada de eso podremos hacer otra vez.

A veces a algunos le toca recibir la noticia de a poco, siempre rodeados de gente, guardando un silencio doloroso que sonaba más fuerte que las palabras de quien hablaba al frente, una llamarada de esperanza quería engañar pensando que solo sería un susto más… luego, casi dos horas de fingir concentración pero con la mente muy lejos de las luces que se estrellaban con una mirada perdida, mirando un lente pero no viendo nada, solo imaginando lo peor con chispazos de lo mejor. Una tristeza enorme que aplasta el corazón por no poder estar, Dios toma sus decisiones y solo nos toca refugiarnos en El.