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EL COMERCIO

En medio de la feroz lucha verbal y de los ataques de todos contra todos en la campaña electoral en España, que este domingo fue a las urnas, ha habido acaso un punto en que tanto los principales candidatos de la derecha como los de la izquierda han coincidido: su exhortación a la ciudadanía a que no apoye y deje al margen a la extrema derecha.

El mismo presidente del Gobierno Español y competidor él mismo en estos comicios, Pedro Sánchez (PSOE), ha alertado de la posibilidad de que Vox -el partido que representa a la extrema derecha- dé una sorpresa similar a la que dieron los Verdaderos Finlandeses hace un par de semanas en el país escandinavo. “Hay un riesgo real, cierto”, se pronunció.

Es casi un hecho que Vox conseguirá los votos necesarios para convertirse en el partido populista de ultraderecha que conseguirá sentarse en el Parlamento nacional por primera vez desde 1980, lo cual ya es un motivo para decir que ha revolucionado el panorama político español.

Además, para pensar en la posibilidad de formar gobierno, los bloques de izquierda y derecha tendrán que verse obligados a echar la vista a los partidos emergentes para formar las alianzas necesarias, y allí se toparán -al menos el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, que son del espectro de derecha- con esta agrupación radical.

De aquel exiguo e insignificante 0,2% de los votos que consiguió en el 2016 al 10% que, según las encuestas, alcanzará Vox este domingo hay todo un mar de explicaciones para tamaño ascenso. Y también un mar de temores, acaso expresadas como nadie por Pablo Sánchez, el presidente del Gobierno Español.

Nadie daba un medio porque Trump iba a ser presidente de Estados Unidos y lo ha conseguido. Nadie pensaba que Bolsonaro pudiera ser presidente de Brasil”, ha advertido el líder socialista en una entrevista al diario “El País”.

¿Ultraderecha o solo derecha?

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Manifestantes de un grupo de ultraderecha llamado «La Falange Española» durante una protesta en Cataluña en el 2017. Algunos analistas consideran que Vox podría captar estos votos. (AFP)

España era, hasta no hace mucho, uno de los pocos países europeos que carecía de una fuerza visible de extrema derecha, tal como sí ocurría en Francia, Holanda, Italia o Austria, por poner algunas naciones. Pero ese vacío lo está llenando Vox, que ha llegado para capitalizar el descontento político.

Vox fue fundado en el 2013, pero llevó una vida más bien incógnita hasta diciembre del año pasado, cuando alcanzó las portadas en las elecciones regionales de Andalucía. En ellas consiguió 12 diputados y colaboró con el Partido Popular (PP) y Ciudadanos para forjar una coalición de derecha que acabó con casi 40 años de preeminencia socialista en esa región del sur.

Aunque la mayoría de analistas sí considera a Vox una organización de ultraderecha, hay otros que no. En el primer grupo se ubica, por ejemplo, el historiador José Alvarez Junco, de la Universidad Complutense de Madrid, quien le dijo esto a la agencia Efe: «Es de derecha extrema porque es ultranacionalista, porque es muy conservador en términos de moral familiar o sexual, y porque no está nada claro su compromiso con las instituciones democráticas«.

En cambio, Manuel Herrera, profesor de Política y Sociología en la Universidad Internacional de La Rioja, le dice también a Efe: “Vox representa la derecha clásica. Aglutina la frustración de los votantes del Partido Popular (PP) porque este se ha vaciado ideológicamente y no atiende cuestiones como la secesión en Cataluña, la recentralización de España y otros temas morales. Vox apela a emociones y sentimientos que están ahí”.

En diálogo con El Comercio, el internacionalista peruano Francisco Belaunde nos da su parecer sobre este controvertido partido. “La aparición de Vox significa el fin de una suerte de inmunidad española frente al surgimiento de partidos de extrema derecha en Europa, y que se debía al efecto del pasado franquista. Vox reúne a conservadores que consideran que el PP ya no los representa adecuadamente. Su credo ultranacionalista se ve favorecido por la cuestión catalana que divide el país. Su propuesta es clara: acabar con las autonomías en general y reivindicar a España como nación”.

¿Cuáles son sus postulados?

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La suspensión de la autonomía en Cataluña y la transformación de España en un estado unitario son las propuestas bandera de Vox. (Reuters)

 El programa de Vox está recogido en cien medidas, las más destacables y polémicas de las cuales son la suspensión de la autonomía en Cataluña, la transformación de España en un estado unitario, la derogación del derecho al aborto y de las leyes de violencia de género (violencia machista contra la mujer), o la prohibición de la eutanasia en todo supuesto y del matrimonio homosexual.

El capítulo más duro del programa está dedicado a la inmigración: deportación de migrantes ilegales (también legales que hayan cometido un delito grave); muro infranqueable en Ceuta y Melilla (ciudades españolas en el norte de Marruecos), y publicación de datos sobre nacionalidad y origen en las estadísticas de los delincuentes.

En un gesto claramente dirigido a Latinoamérica, Vox propone establecer «cuotas de origen» para «favorecer el ingreso al país a las nacionalidades que comparten idioma e importantes lazos de amistad y cultura con España«.

Otro punto notorio es la exaltación «de las gestas y hazañas de los héroes nacionales«. A lo mejor es por eso que lanzó su campaña electoral bajo la estatua de Don Pelayo en Covadonga, allí donde en el año 722 tuvo lugar una batalla que dio lugar a la llamada Reconquista del país frente a los musulmanes.

¿Quién es Santiago Abascal?

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Santiago Abascal fundó Vox poco después de abandonar el PP y expresarle al ex presidente Mariano Rajoy su decepción por «haber traicionado a los populares». (Reuters)

Nacido en Bilbao en 1978 y licenciado en sociología, el deporte y la familia son sus pilares básicos. Se define como un “defensor de la cultura de la vida y la familia”. Divorciado, vuelto a casar y padre de cuatro hijos, creció como político cobijado en el PP, al que estuvo afiliado desde joven y con el que ocupó diversos cargos públicos en su natal País Vasco.

Comenzó a alejarse del Partido Popular en el 2009, al pensar que estaba traicionando los principios de su nacimiento como agrupación conservadora en medio de la crisis migratoria. En el 2013 envió una carta al líder del PP, Mariano Rajoy, para darse de baja y acusándolo de “haber traicionado a los populares”. No tardó en fundar Vox, con la intención de “regenerar la vetusta política española, fortalecer la unidad de la nación y dinamizar la economía de mercado».

No se prodiga demasiado en demostraciones intelectuales sino que apela en sus arengas orales y escritas al españolismo. Buena parte de su estrategia se inspira en los discursos del presidente de EE.UU., Donald Trump. De hecho, uno de los lemas del partido es una copia de una típica consigna de Trump, pero adaptada a la Madre Patria. “Hacer España grande otra vez”, reza.

No ha sido casual que Abascal haya cerrado la campaña electoral en Sevilla, la capital de Andalucía, la región en la que consiguió un estupendo resultado en los comicios regionales de diciembre del 2018 y que le dieron por primera vez asiento en el parlamento andaluz.

Andalucía fue el chispazo de lo que ocurrirá este domingo en toda España y que ninguna encuesta ha pronosticao”, dijo ante una enfervorizada masa de seguidores- “Vosotros habéis sido la vanguardia del despertar de la España viva”, los espoleó.

¿De dónde salen los votantes de Vox?

Vox
Se calcula que al menos un millón de españoles apoyarían a Vox, su perfil sería el de un hombre de 45 años, con ingresos de 2.000 euros al mes y partidario de derecha. (Reuters)

Un revelador informe realizado por Metroscopia, una consultora que le toma el pulso a España, señala que el votante promedio de esta agrupación es un hombre de 45 años, con ingresos de 2.000 euros al mes (unos US$2.230) y partidario de derecha, obviamente. Con este perfil, se calcula que hay cerca de un millón de españoles dispuestos a entregar su sufragio a Vox.

Se calcula que el 72% de votantes de Vox son del sexo masculino y el 28% del sexo femenino. Si entre los hombres el promedio de edad es de 45 años, entre las mujeres partidarias de Vox este promedio se eleva a 51 años.

Según el mismo estudio de Metroscopia, el 66% de sus votantes considera que las ideas y planteamientos feministas han ido demasiado lejos. Y el 83% de sus adherentes es de la opinión que el Estado español ha ido demasiado lejos en la acogida de inmigrantes.

Asimismo, en la escala ideológica, 6 de cada 10 votantes de Vox provienen del PP, 3 de cada 10 de Ciudadanos y uno más de la abstención.

A todos ellos acaso los representa con exactitud Alonso de Mendoza, uno de los jóvenes candidatos de Vox al Congreso de los Diputados por Madrid, muy activo en redes sociales y en lucha contra lo que él llama la hegemonía cultural de la izquierda. Hace unos días dijo: “No está escrito en piedra que tengamos que someternos a la dictadura de la corrección política”.