El mástil millonario como que se ha convertido en una caja de Pandora y
sigue dando qué hablar, por supuesto, por el derroche de dinero que
representa. Lo último que salió a la luz es que según el contrato con la
empresa contratista, ésta debía entregar dos banderas, cada una por
casi Bs. 50 mil, Bs. 100 mil en total, por lo menos así detalla el
resumen de ítems relevantes del Documento Base de Contrataciones (DBC).
Mucho y demasiado se puede decir del mástil millonario, obra más que
rechazada y cuestionada por la población, una decisión tozuda del
alcalde Rodrigo Paz que le va cobrando una factura cara, pesada. Pero
que aún no se paga ya que lo más fuerte vendrá en plena campaña
electoral cuando busque su reelección. La desproporción entre los casi
Bs 5 millones del mástil y las necesidades a su alrededor, es tan
grande, que quedaron postergados requerimientos en salud, servicios
básicos, etc, hasta nuevo aviso, en ese momento.
Decirle a la gente que el alcalde puede gastarse cinco millones en un
mástil es terrible, igual que mostrarle que es capaz de pagar Bs. 50 mil
por una bandera y Bs. 100 mil por dos, en realidad no debería
sorprenderle pero lo hace. La buena fe del pueblo le lleva incluso a
preguntarse si es verdad lo que está leyendo, viendo y escuchando, no
porque crea en su autoridad sino más bien porque le resulta difícil
aceptar que en sus propias “narices” manejen así su dinero, sus
recursos.
Los excesos y la falta de transparencia en la información en la gestión
de Rodrigo Paz, van quedando como su marca registrada, al igual que su
incapacidad de escuchar a la gente… y aún no se da cuenta o si lo
hace, parece no importarle. Aparentemente, desmenuzando el mástil
millonario, nos encontraremos con más sorpresas.