Noticias El Periódico Tarija

Hace unos días atrás el alcalde de Tarija, Rodrigo Paz, lanzó su agrupación “Primero la Gente” y entendemos, su reelección también, eso está más que claro. Un evento en un ambiente cerrado, que es lo que se usa cuando no se sabe si habrán muchas personas o no, surgieron las denuncias de que se obligó a trabajadores municipales a participar, algo que no llama la atención porque nadie en función pública se libra de esa práctica, que se arrastra de siempre. Lo que no hace que sea aceptada.

Paz da este paso, muy anunciado ya, en medio de una crisis de imagen por una gestión que deja mucho que desear, el alcalde nunca le pudo tomar el pulso a la ciudad y a las necesidades de su habitantes. Es una gestión de indecisiones y de malas decisiones, de ausencia absoluta de priorización y de gastar el dinero en proyectos que rondan lo absurdo. Es una gestión de no escuchar a la gente a la que hoy alude, casi como un manoseo electoral, ya que las voces surgieron desde todos los niveles y rincones, dirigentes vecinales y colegios de profesionales,  no le importó y siguió adelante. Ahí están las mentiras por el botadero de basura de Pampa Galana, permitiendo que los cerdos comieran basura y sean faeneados clandestinamente para consumo humano, sin importar la salud pública. Hoy la única obra concluida visible, notoria, palpable, es el mástil millonario que, para colmo en pleno abril, se lo ve sin la bandera tarijeña. El puente millonario apenas avanza a pesar de las advertencias de profesionales, arquitectos, técnicos, etc. La también millonaria compra de luces led aún resuena en la memoria del pueblo. “Ciudad Inteligente” de casi Bs. 90 millones, se quedó en una simple compra de cámaras de vigilancia a precios que se deben investigar, fue la gobernación la que tomó una “decisión inteligente” al
dejar el convenio que tenía porque vio que la cuestión había nacido más que mal. Y… pare de contar.

A Rodrigo Paz le queda poco tiempo y es muy difícil que revierta su mala imagen de administrador, de ejecutivo, sigue cometiendo errores, graves, en el ordenamiento vial que nunca llegó, cortan calles y cambian su sentido sin informarle ni explicarle a la gente, mostrando una vez más que no la toma en cuenta y solo sirve para un eslogan electoral. Los micros siguen en lo suyo, el desorden en el tráfico vehicular es caótico, le ganaron la pulseada, así como los comerciantes del mercado campesino, conflictos mal manejados donde la dubitación le ganó a la decisión. Ahí mismo, un concejo municipal que deja mucho que desear, que lo apoyó, luego se alejó y de nuevo se le acercó, por supuesto no todos, nos referimos a algunos concejales de pendular y extraña conducta. Es preocupante ver que por momentos parece ser más la prisa por licitar y adjudicar, que terminar las obras y entregarlas a la gente… a la misma a la que solo le regalaron el mástil millonario y una ciudad llena de problemas irresueltos.