Noticias El Periódico Tarija

EL COMERCIO

Entraron encapuchados y armados con pistolas, cuchillos, hachas y una ballesta arco. Estaban listos para atentar contra quien se cruzara en su camino. Luiz Henrique de Castro, de 25 años, y Guilherme Taucci Monteiro, de 17, perpetraron una masacre en el colegio Raul Brasil de Sao Paulo, donde mataron en a ocho personas antes de suicidarse.

Ambos, vecinos y ex alumnos de la institución ubicada en un suburbio de Suzano, en la región metropolitana de Sao Paulo, les arrebataron la vida a cinco alumnos, una profesora y un funcionario del centro educativo. Antes balearon al dueño de un negocio de automóviles, tío de Monteiro. Once personas (siete hombres y cuatro mujeres) resultaron heridas en el ataque.

Guilherme Taucci Monteiro tenía 17 años y vivía con sus abuelos desde siempre, informa la revista brasileña «Veja». La mañana de este miércoles entró al centro educativo con una pistola calibre 38, mientras que su cómplice llevaba un arco. Como reserva guardaban bombas molotov y hachas.

Tres días antes del ataque, Monteiro amenazó a sus compañeros en un centro comercial. Les dijo «estén listos». También mostró una conducta amenazadora en redes sociales. En un perfil de Facebook, donde se identificó como «William Alan», subió una foto en la que aparece con una máscara y un arma, objetos utilizados en su ataque.

Brasil

Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años. (Foto: Facebook)

Un compañero de clases declaró al diario «Folha de S. Paulo» que Monteiro siempre decía que algún día repetiría la masacre de Columbine, ocurrida en 1999 en una escuela de Colorado, Estados Unidos.

El abuelo de Monteiro, quien evitó identificarse, dijo que el atacante nunca tuvo contacto con sus padres, dependientes de sustancias químicas. Vivía con él, sus dos hermanas y hasta hace poco con su abuela, ahora fallecida.

«Era un niño pequeño, no tenía problemas con las drogas y nunca me dio trabajo», dijo. Pero también contó que fue despedido por su tío Jorge de la concesionaria en la que trabajaba cuando lo alcanzó con un disparo hace dos años.

El agresor se sometía a un tratamiento para la piel. Tenía vergüenza del acné que tenía. Una testigo del ataque y alumna del Raul Brasil declaró que él nunca sufrió de intimidación. Por su parte, el secretario de Educación, Rossieli Soares, dijo que el atacante nunca tuvo problemas de comportamiento en los dos años que estudió en el colegio.

Habría tenido la facilidad de ingresar a la escuela porque era considerado como un alumno «evadido». Aunque la puerta estuviese cerrada, tendría acceso porque la institución aún estaba aceptando matrículas y tenía el derecho de reanudar sus estudios.

Durante el ataque, Monteiro y De Castro trataron de matar a la mayoría de estudiantes posibles. Cuando llegó la policía, ambos intentaban ingresar a una habitación trasera de la escuela donde se escondían decenas de alumnos. En lugar de enfrentar a las autoridades se suicidaron.

– El cómplice y camarada –

Según reportes de prensa, Luiz Henrique de Castro, de 25 años, habría planeado el ataque junto a Monteiro por cerca de un año y medio. La policía local encontró conversaciones entre los atacantes a través de mensajes de texto. Aparentemente, un familiar de este último descubrió la estrategia y tuvieron que eliminar evidencias.

Brasil

Luiz Henrique de Castro, de 25 años.

De Castro fue quien alquiló el automóvil Onyx Blanco que se usó en la matanza. Esa era su parte de la primera parte del plan. Monteiro se encargó de comprar las armas usando el dinero que obtuvo de la venta de un carrito para hot dogs con el que trabajaba.

La familia de Luiz Henrique de Castro dijo estar perpleja por el ataque y posterior suicidio, según el abogado de ellos, Fabrício Tsutsui, indica un reporte de «Veja». El atacante era conocido como alguien trabajador que se dedicaba a ser auxiliar de jardinería. La mañana del atentado salió como cualquier otro día, nunca dio el mínimo indicio de las intenciones que tenía.

Luiz Henrique trabajaba con su padre, dijo un tío de este, Américo José Castro. El martes pasado, ellos salieron juntos, pero a mitad de camino manifestó sentirse mal y se regresó. «Era un chico tranquilo, gustaba jugar con los amigos. Era corintiano, pero últimamente decía que se inclinaba para el Barcelona».

Ese mismo día, el vecino de los atacantes, Bruno César, se encontró con Luiz y Guilherme. Los saludó como cualquier otro día. Eran los tres amigos y compañero de clases de Monteiro. «Nunca hablaron de armas», dijo.

Pero el objetivo ya estaba trazado. A las 10:00 a.m. (hora local) de hoy, miércoles, abrieron fuego dentro de la escuela poco después de iniciar la hora de recreo. Mataron a los alumnos Kaio Lucas da Costa Limeira, de 15 años, Caio Oliveira (15), Claiton Antonio Ribeiro (17), Douglas Murilo Celestino (16) y Samuel Melquíades Silva Oliveira (16); la corrdinadora de pedagogía, Marilena Umezo (59) y la inspectora de enseñanza Eliana Regina de Oliveira (38).