Noticias El Periódico Tarija

“Prevenir para no tener que lamentar”…eso es lo que nos ensenaron nuestros padres y a ellos los suyos. Sabias lecciones que unos aprendieron más que otros y algunos pusieron en práctica y otros no. No esperar que lo peor suceda, prepararse para afrontar los malos momentos. Hasta La Biblia nos habla de la época de vacas gordas y la de vacas flacas, nos muestra el camino hacia la planificación, a ser proactivos más que reactivos, pero nos cuesta mucho entenderlo y más aun cambiar nuestros ancestrales hábitos de vida.

El discurso de una Tarija turística lo escuchamos hace décadas, sin exagerar, y la planificaciónplanificación no ha acompañado el accionar de nuestra autoridades para conseguir este objetivo. La naturaleza ha sido generosa con Tarija y el atractivo que posee es más un regalo divino que obra de las autoridades de turno, no se han creado condiciones para atraer al turista incluso ni “copiando” ideas de otras ciudades.

Los hermosos lugares que guarda nuestro valle central son propicios para la actividad turística en toda época pero en especial en verano, el clima cálido y el entorno que enamora crea las condiciones óptimas para que busquemos alejarnos de la urbe y entrar en contacto directo con la naturaleza. Los balnearios dispersos en diferentes provincias y comunidades son un imán para la población que se vuelca de manera masiva en especial durante el fin de semana. Muchas veces los excesos con las bebidas alcohólicas, la imprudencia, la inexperiencia son los factores que concretan situaciones de desgracia y luto. Pero por eso no podemos decir que la gente tiene la culpa y que cada uno se cuida como puede. El Estado tiene la obligación de velar por la seguridad de las personas en todo sentido y brindar las condiciones necesarias para lograrlo.

AsíAsí como la alegría es parte de nuestros días de verano, paseo y diversión, la tristeza golpea muchas veces la puerta y por distintas circunstancias se lleva vidas jóvenes de nuestro lado. Las noticias sobre personas que se ahogan mientras se bañan en balnearios de nuestra región son muy frecuentes, como dijimos, intervienen varios factores pero no podemos culpar al empedrado. Mas allá de la libertad de acción individual, están las instituciones y autoridades para velar por la seguridad de la población, en estos casos podemos evidenciar que por lo menos en los puntos turísticos más frecuentados próximos a un rio o quebrada donde la gente se relaja y divierte, no existen carteles ni mensajes de advertencia sobre el riesgo o características del lugar ni personal de socorro que pueda ayudar a quien este en problemas. Peor aun cuando se registra el incremento del caudal de las aguas por lluvias u otro fenómeno. Tenemos conciencia de las limitaciones que sufrimos pero estos lugares son fácilmente identificables y por lo menos durante los días del fin de semana, y en esta época del año, se deberían tomar estas previsiones que con seguridad salvaran vidas y serán valoradas por la población que está deseosa de sentir más que ver, que sus autoridades se preocupan auténticamente por ella.