Noticias El Periódico Tarija

El periodista siempre se ha visto enfrentado al poder establecido, siempre está en la vereda del frente, siempre ha tenido y mantenido distancia con la política, ha construido lo que tiene en base a la credibilidad y éste elemento lo ha convertido en apetecible para los intereses políticos que de manera permanente lo han estado tentando. Igualmente lo ha convertido en blanco de ataques por revelar lo que otros no se atreven, por decir lo que otros callan, por mostrar lo que otros ocultan, por escribir lo que otros quieren borrar, un periodista así se vuelve alguien peligroso para los corruptos, para los que engañan a la gente, para los que se sirven del pueblo, para aquellos vendedores descarados de ilusiones que sólo buscan la riqueza y el poder a toda costa, pasando por encima de quien ose cruzarse en su camino. Pero también, un mal periodista puede ser un terrible riesgo para una sociedad confiada y crédula, puede ser un aliado de la mentira o la media verdad encubriendo hechos reñidos con la ética, la moral y la ley. Cada quien sabe dónde está y por qué.

Comunicar implica una responsabilidad muy grande que debe ser bien entendida y asumida por quienes trabajamos en éste noble propósito, quien comunica, quien informa, quien hace periodismo, debe comprender que se trata de un servicio público, de un apostolado que obliga a muchos sacrificios y compromisos de principios y valores. Es indudable que la información significa poder, quien tiene información, quien maneja información, tiene un poder inmedible en sus manos… depende mucho en que manos cae ese poder para ser bien o mal utilizado.

Es bueno analizar, hacer una revisión de nuestros últimos pasos para ver hacia donde nos llevan, para saber cuales serán los próximos. Creemos en la introspección, en la auto evaluación, franca, sincera, sin tapujos, por más dura que resulte, creemos en decirnos la verdad de frente y que esa apertura sea útil para cambiar y mejorar, recuperar lo bueno extraviado y ponerlo en vigencia, en práctica, al servicio de todos. Solo queda reafirmar el compromiso con la información veraz, limpia, transparente, sin bozal, sin billete camuflado, sin color político, sin sello o marca, sin derecho propietario sobre la información, sin hipocresía hacia el pueblo y sin servilismo hacia el poderoso.