ECOOSFERA
Earthing, una dieta equilibrada: 3 cosas que necesitas para una mente saludable
Cansado de artículos pop sobre la mente, el profesor de Neurociencias en la Universidad de California y editor en jefe de BrainFacts.org, Nicholas Spitzer ha decidido aclarar algunos mitos sobre cómo fortalecer este elemento tan indispensable para la supervivencia humana.
Hay mitos que han trascendido las barreras del tiempo, falsificando información de generación a generación; como por ejemplo que sólo usamos el 10 por ciento de nuestro capacidad cerebral, que el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro funcionan diferente, escuchar música de Mozart eleva inteligencia e inclusive que para fortalecer la mente se requieren juegos de reforzamiento cognitivos –sopa de letras, crucigramas, etcétera–.
Por ello Spitzer ha decidido aclarar la realidad del funcionamiento de la mente: “La mayoría de las personas cree que la música clásica potencializará el funcionamiento cerebral –el efecto Mozart– o jugar cierto tipo de juegos agudizará el funcionamiento cognitivo. Estas teorías se han analizado y no tienen un fundamento real. Es decepcionante de alguna manera.” En su lugar, la investigación de Spitzer ha demostrado que existen ciertas actividades principales para mejorar el funcionamiento de la mente:
– Ejercicio con sunbathing o forest bathing.
El sunbathing, earthing, grounding y forest bathing pueden fusionarse con los beneficios del ejercicio. Los baños de bosque permiten un mejor funcionamiento en mente y cuerpo: “Esto se debe a que el ecosistema es tan variado que brinda una mayor diversidad microbiótica tanto alrededor como dentro de nosotros”, influyendo así en el funcionamiento del cuerpo y en la salud emocional de la persona. Mientras que el hacer ejercicio aeróbico o correr fomenta la regeneración de las células neuronales en la región del hipocampo –el cual se asocia con habilidades cognitivas como la memoria y el aprendizaje–: “Si haces ejercicio al grado de sudar –entre 30 y 40 minutos–, están naciendo nuevas células cerebrales. Y eso sucede en la región de la memoria.”.
– Interacción social.
En un estudio reciente publicado en Science Magazine, el cerebro libera una diversa gama de neurotransmisores en función de los factores ambientales –como vínculos afectivos y prácticas sexuales–. Por lo que el cerebro liberará neurotransmisores que condicionarán tu estado de ánimo en función de las personas que te rodean. Israel Castillo, psicoterapeuta y traumatólogo mexicano, explica:
En los Estados Unidos de América, en el censo del año 2000, el promedio de habitantes por casa era de 3; para el año 2010 más de 1/3 de las casas reportaron un promedio de 1 habitante por casa. Como si esta fragmentación social no fuera suficiente, la sociedad actual se ha hecho adicta a la tecnología. En países desarrollados se ha encontrado que las personas mayores de 12 años interactúan 11 horas promedio al día con artefactos electrónicos. Otros estudios señalan que en países industrializados, la interacción social (pláticas, contacto visual, contacto físico, atención, etc.) es interrumpido en promedio más de 150 veces por aparatos electrónicos. Estamos perdiendo la capacidad de estar sintonizados en un verdadero contacto social, reemplazándolo por contactos virtuales que se han hecho llamar “redes sociales.” No es mi papel demonizar la tecnología, pero creo que existen varios fenómenos sociales que está facilitando la desconexión interpersonal que nuestros cerebros necesitan, que nuestras comunidades requieren para seguir siendo funcionales. […] Nuestros cerebros necesitan socializar para mantener su funcionamiento óptimo. Las sociedades y comunidades se están deteriorándose y muriendo debido al aislamiento interpersonal al cuál nos hemos sometido. Las investigaciones señalan que la gente que interactúa física y emocionalmente con más personas son más sanas, reportan mejor calidad de vida, su expectativa de vida es mayor, etc.
Además, se vale combinar el vínculo social y el ejercicio; es decir, el sexo. Según un estudio de Rutgers, el orgasmo femenino libera un flujo sanguíneo significativo en todas las regiones del cerebro, mejorando el funcionamiento cognitivo.
– Dieta.
La alimentación funge como energía para el óptimo funcionamiento del cuerpo, también de nuestros estados de ánimo, mente y espíritu. Las bacterias que habitan el organismo influyen en la manera en que la mente trabaja. Sí, la ansiedad o la depresión pueden estar relacionadas con el hábitat de microorganismos que fluyen en tu cuerpo cada día. En otras palabras, para mantener al cerebro y a la mente “en forma”, lo mejor que puedes hacer es mantenerte activo. El movimiento, en el exterior, son los nutrientes básicos de la mente, a diferencia de los puzzles, sudoku y crucigramas que sólo incrementan las aptitudes verbales y facilitan el aprendizaje de un tema.