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– En 2022, cuando comience la Copa de Qatar, Sudamérica cumplirá veinte años sin haber ganado Mundiales, tras la celebración de Brasil en 2002

MOSCU, 7 JUL
Sin Rusia y sin Sudamérica, el Mundial 2018 cerró unos cuartos de final que tuvieron fútbol y drama y definió semifinales con dominio de la Europa Occidental.
Francia, que abrirá las semifinales el martes ante Bélgica en San Petersburgo, quedó finalmente como la única que confirmó su condición de favorita. Bélgica, a su vez, ratificó a quienes la señalaban como posible gran sorpresa, aunque ese rol se lo ganó Croacia, que eliminó esta noche a Rusia por penales y derrumbó el sueño del anfitrión.
Las lágrimas en las calles de Moscú, con miles de aficionados que se reunieron en sus hogares y en los bares, sábado de noche, pusieron fin al sueño de una selección que había iniciado el Mundial en medio de puro escepticismo, pero que terminó ganándose el corazón de sus compatriotas. «Otlichno srabotano» (Bien hecho) cantaron los aficionados del bar Rodina, en el barrio Tagansky, de Moscú, a media hora de la Plaza Roja, donde ANSA siguió el partido con cientos de aficionados. La Croacia de Luca Modric e Ivan Rakitic, que ya había aplastado en primera fase 3-0 a Argentina, fue la que puso fin al sueño y definirá la otra semifinal el miércoles en Moscú ante Inglaterra, la tradición que vuelve.
En el primer turno de hoy, Inglaterra resolvió fácil 2-0 su duelo ante Suecia y confirmó que la Premier League comenzó a alimentarse de algo más que dinero, como ya avisaron sus últimos títulos mundiales de selecciones en categorías juveniles.
Los semifinalistas pueden acreditar un trabajo de años con sus técnicos o triunfos juveniles, pero Croacia es la gran sorpresa, con Zlatko Dalic que lleva apenas nueve meses como DT.
Es un plantel que ya iguala la hazaña de la selección del ’98, primera Croacia mundialista como nación independiente, que perdió semifinales ante el campeón Francia y luego ganó el tercer puesto ante Holanda. Su triunfo desactivó los rumores previos, en medio de fuerte campaña política, que pretendían denunciar un supuesto acuerdo con la FIFA para que Rusia jugara la final y ayudara así a los planes políticos del presidente Vladimir Putin.
Veinte años después del tercer puesto de Francia 98, Modric, Rakitic y compañía sueñan ahora con superar esa hazaña, aunque no son favoritos ante la Inglaterra de Harry Kane, tras unos cuartos de final que, además del anfitrión, pusieron también fin al sueño de Sudamérica. Campeona en nueve de veinte Mundiales, subcampeona en otros cinco y dos veces protagonista exclusiva de finales (Uruguay 1930 y Brasil 1950), Sudamérica estará ausente de una final mundialista por quinta vez en la historia. Peor aún, Rusia 2018, registrará cuarto triunfo seguido europeo, nuevo record histórico, pues Italia ganó en Alemania 2006, España en Sudáfrica 2010 y Alemania en 2014, en Brasil, primer campeón del Viejo Continente en dominio sudamericano.
Perú cayó en primera fase, Argentina y Colombia en octavos y, ahora en cuartos, fue el turno de Uruguay primero y Brasil después, ambos eliminados el viernes, ante Francia y Bélgica, respectivamente. Sin embargo, Perú y Colombia quieren mantener a sus DT argentinos, Ricardo Gareca y José Pekerman, respectivamente y también quieren hacerlo Brasil con Tité y Uruguay con Oscar Tabárez. No es el caso de Argentina, cuya Federación, asegura la prensa de ese país, quiere rescindir pero sin costo económico el contrato que firmó hasta 2022 con Jorge Sampaoli, por lo que inició un llamado «Operativo Desgaste», que comenzó con la filtración de las exigencias económicas del DT.
Cuatro de los veinte Mundiales anteriores tuvieron semifinales enteramente europeas (1934, 1966, 1982 y 2006), pero, dicen los analistas, pocas veces se vio antes una superioridad tan clara respecto de Sudamérica, excepción hecha de Brasil. El equipo de Tité hizo méritos para lograr al menos un tiempo extra ante la sorprendente Bélgica, pero, a su turno, Argentina primero y Uruguay después, fueron claramente superados por Francia, que ya le había ganado en primera fase a Perú.
Como en el mundo, el fútbol también tiene hoy presupuestos cada vez más desiguales, pero Europa inició desde hace años un fuerte trabajo de apertura: inmigrantes que sufrirían rechazo si no fueran estrellas forman hoy la columna de sus selecciones. Pero también se inició un trabajo nuevo en la formación de talentos, que privilegió inclusive la técnica que antes parecía privilegio sudamericano. Un debate con ex jugadores que la Conmebol desarrolló en pleno Mundial de Francia apuntó esa diferencia y también contra la corrupción de dirigentes, como lo desnudó la investigación del FBI que obligó a renovar la conducción de numerosas Federaciones.
Latinoamérica ganó el Mundial en las tribunas, con sus hinchadas más numerosas y ruidosas, pero lo perdió en las canchas.
El dinero ayuda, por supuesto, pero el ingreso de Croacia al grupo de semifinalistas demuestra que no todo es poder económico. Su triunfo hoy ante Rusia, eso sí, pareció poner fin al telón de fiesta popular en el país organizador. La fiesta pasó a ser de otros.