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– Un error de Caballero fue el inicio del fin, Modric y Rakitic sentenciaron y dejaron a Messi con un pie fuera de Rusia 2018

NIZHNI NOVGOROD, 21 JUN
Parecido a la caída 4-0 con Alemania de 2010, aunque ahora en primera fase, Leo Messi sufrió acaso su peor día mundialista, con Argentina humillada al perder 3-0 con Croacia, que revivió los días de Vatreni.
Así se llama el documental estrenado el mes pasado en Zagreb, que recuerda los días de gloria de Francia 98, cuando Croacia, en su debut en un Mundial como nación independiente, terminó tercera y llenó de orgullo a su país.
Sus jugadores, como aquellos del 98, celebraron hoy uniéndose a sus hinchas en las tribunas, liderados por Luka Modric e Ivan Rakitic, que vio partir a su compañero y amigo Messi con la cabeza gacha, sin siquiera saludar.
Cuentan que Messi lloró en el vestuario tras el penal que falló en el 1-1 del debut ante Islandia, un cuadro que agravó hoy y no sólo porque el equipo no lo acompañó, sino también porque a él mismo le faltó otra reacción para revertir la situación, como muchas veces sí lo hizo en tardes malas del Barcelona.
Hoy no fue así. No desequilibró en ningún momento del partido. El DT Jorge Sampaoli, desencajado sobre el final, se pasó los últimos meses avisando que su tarea central era que el equipo sirviera a Messi, pero Leo casi no tocó la pelota en el primer tiempo. No mejoró la situación en el complemento y las señales fueron cada vez peores. Si hasta quedó solo y lejos de todos cuando sus compañeros amagaron trifulca tras un pelotazo de Nicolás Otamendi contra Rakitic en los minutos finales de la derrota.
Y cuando hubo que reanudar el juego tras el 3-0 ni siquiera estaba en el centro para el saque, corrido a un costado, cerca del túnel, como esperando que terminara una pesadilla que cada vez parece atormentarlo más. Sampaoli incluyó a Gonzalo Higuaín, Christian Pavón y Paulo Dybala, más socios, pero cada uno jugó por la suya, un equipo desesperado y abandonado, sin orden, como al menos tuvo el subcampeón de Brasil 2014.
La selección de Rusia 2018 lo vio horas antes de su debut 2-0 ante Nigeria, idea del DT Zlatko Dalic para animar a sus jugadores, consciente de que Croacia, con los problemas de cualquier otra nación, ya no tiene la misma fuerza unificadora de los tiempos de la independencia.
Los hinchas argentinos, ruidosos al inicio, insultando a Sampaoli al final, pedían en sus coros reconquistar un título que no llega desde México 86, tiempos de Diego Maradona, hoy presente en el estadio. No está todo perdido para Messi y sus compañeros. Acaso como un lapsus, Sampaoli habló de «proyecto» que no funcionó en la conferencia pospartido. Ante la repregunta de un periodista corrigió y dijo «partido», no «proyecto». Casi que no hizo falta. Messi lo sabe cómo nadie. Él es el líder de ese «proyecto».