Noticias El Periódico Tarija

Cultura Colectiva

«Lo supe cuando te vi, supe que serías tú. Supe también que todo terminaría muy mal, pero aún así quise arriesgarme. Nos amamos tanto y al mismo tiempo nos hicimos pedazos. Te llevaste los 21 gramos de mi alma contigo. Y ahora que te vuelvo a ver, por primera vez en muchos años, puedo finalmente sonreír; y mi corazón no se agita, y mi estómago no se vuelca, y mis rodillas permanecen quitas. Todo está en paz. Ya te olvidé».

Enamorarse de la persona equivocada, si bien puede ser una experiencia muy dolorosa, es también un proceso de crecimiento individual y emocional en el que obtenemos un valioso aprendizaje no sólo acerca de las relaciones interpersonales, sino de nosotros mismos y hasta de la condición humana misma. Tales lecciones se vuelven parte indeleble de nuestra experiencia de vida, y nos ayudan no sólo a evitar tropezar con la misma piedra, sino también a encontrar a la persona adecuada.  Al respecto, 20 lecciones que aprendemos cuando nos enamoramos de la persona equivocada.

Un amor fallido no es tiempo perdido

Cuando terminamos con alguien podemos pensar que hemos tirado valioso tiempo a la basura, cuando la realidad es que no; al contrario, aprendemos a entendernos más a nosotros mismos y a los demás, evitando cometer los mismos errores en relaciones futuras. La experiencia y el aprendizaje que ganamos no se aprende en los libros.

Las relaciones afectivas no son tan simples como parecen

Me gustas. Te gusto. ¿Qué podría salir mal? Muchas cosas. Las relaciones de pareja implican compromiso, responsabilidad, respeto y una lista muy larga de cosas que no cualquiera está dispuesto a desempeñar. No se trata solamente de andar por la calle tomados de la mano, es mucho más complejo que eso.

Los amigos y la familia son primero. Siempre

Cuando estamos enamorados invertimos mucho tiempo en la relación y nos olvidamos, sin querer, de aquellos que nos rodean. De pronto ya no salimos con nuestros amigos los viernes, o hemos descuidado los domingos familiares porque hemos decidido, voluntariamente, a dedicarle todo nuestro tiempo a esa persona.  Pero eso sí, ¿a quiénes recurrimos primero cuando el amor se acaba?


Que una relación no funcione, no quiere decir que deba terminar mal

Hasta para terminar una relación hay maneras. Si de plano las cosas ya no funcionan, lo primero es reconocerlo, hablarlo y después tomar una decisión juntos pensando en el bienestar de los dos; no hay necesidad de hacer drama. Seguramente al principio te sentirás muy mal, pero llegará el día en que puedas contarlo como una anécdota, y reírte de ello, incluso.
Debes confiar en tus instintos

¡Cómo nos encanta ignorar a nuestras corazonadas! Sabemos que hay algo que no nos gusta, que no nos convence del todo, que puede terminar muy mal y aún así, aceptamos tomar a esa persona (y luego ahí andamos llorando).  Si desde el principio tuviste el presentimiento de que no iba a funcionar, probablemente tenías razón.
El amor libre no es para todos

No todos estamos hechos para mantener una relación abierta. Se requiere de aplomo, madurez, consentimiento y desapego para poder manejar una relación de este tipo. Es muy común que uno de los dos se termine enamorando y comience a tener expectativas del otro, y cuando menos lo imaginamos, todo se ha ido por la borda.

Gustos y personalidades afines no garantizan una relación feliz y duradera

A final de cuentas, eso es sólo una parte de todo lo que implica estar con alguien. Tener cosas en común no son sinónimo de éxito, e incluso puede suceder que eso mismo termine por aburrir a alguna de las partes o que sus demonios choquen porque son exactamente iguales. No por nada dicen que los opuestos se atraen, ¿o no?

Una cosa es el amor y otra la necedad

A veces pensamos que no lo hemos intentado lo suficiente y entonces lo hacemos una y otra vez, y mientras tanto nos desgastamos física y emocionalmente. Pero hay relaciones que simplemente no llevan a ningún lado, sin importar qué tanto nos esforcemos. Hay que aprender a soltar.

Un físico espectacular no es suficiente

Porque, ¿quién dijo que una cara bonita es lo único que se necesita para mantener una relación?
Conforme crecemos, cosas como los valores personales, la inteligencia y la madurez nos resultan más atractivos e importantes. Ser buenos amigos de nuestra pareja es mucho más valioso, además, la belleza no es para siempre.

Las relaciones más desastrosas son las que más nos fortalecen

Sí, duele donde nunca nos imaginamos que podía doler y parece el fin del mundo, pero no lo es.
Siempre llega el día en que nos podemos levantar de entre los despojos, y como dicen, lo que no te mata te hace más fuerte. Cuando pasamos por lo peor, los futuros desencantos amorosos parecerán cosa de niños.

Fingir ser otra persona es inútil

Durante las primeras citas, es normal querer impresionar al otro; sin embargo, más temprano que tarde, nuestro verdadero yo sale a relucir y puede ser una buena o mala sorpresa. Es mejor ser sinceros desde el principio y enamorarles con lo que verdaderamente somos, aunque claro, tampoco está mal querer ser la mejor versión de nosotros mismos.

El amor puede mostrar lo mejor de nosotros… Pero también lo peor

Es real que nuestra verdadera personalidad emerge en la más calurosa de las discusiones, y a veces podemos decir cosas de las que podríamos arrepentirnos más tarde. Siempre es mejor arreglar los desacuerdos con la cabeza fría y no hacer caso al famoso «nunca se vayan a dormir enojados«, porque a veces es mejor consultarlo con la almohada.

La confianza no se pide, se gana

Imagina al amor como una edificación: la confianza es la estructura, las vigas y las varillas que sostienen el peso de todo el inmueble. Ahora imagina que esa estructura está hecha de cristal, y a la menor provocación, se rompe. Cuando la confianza se pierde, difícilmente regresa y es muy complicado que una relación pueda funcionar sin ella. Más bien, no funciona.

Cada persona te enseña algo diferente y único

Ninguna persona es igual, por lo tanto, ninguna relación lo es tampoco. Para bien o para mal, cada pareja nos marca de manera distinta. Las lecciones que nos dejan son como los tomos de una enciclopedia, cada uno titulado con el nombre de nuestros ex.

No hay que prometer tanto ni tan pronto

«El amor de mi vida», «para siempre», son frases que van perdiendo sentido conforme se repiten porque quedan en el olvido cuando terminamos con alguien. Si lo piensan bien, incluso decir «te amo» no es cualquier cosa.  Hay que darle tiempo al tiempo y estar verdaderamente seguros de lo que sentimos, antes de decir cualquier cosa.

Las metas personales siempre van primero

Porque éstas son a largo plazo y el enamoramiento siempre puede acabarse tan pronto como llega. Hay una cita que dice: “Some women choose to follow men, and some women choose to follow their dreams. If you’re wondering which way to go, remember that your career will never wake up and tell you that it doesn’t love you anymore”, y aplica también para los hombres.
Las relaciones no son como en las películas o en los libros

No es que sean peores o mejores, sólo son diferentes. Son reales. Basta de buscar la relación ideal en una pantalla o en papel, porque ahí no la vas a encontrar, y la verdad es que no hay tal cosa como ideal. Las relaciones, como las personas, son imperfectas, y es en eso donde radica todo su encanto.
Buena o mala, cada relación es única

Puede que el consejo de tu mejor amigo no te funcione; al contrario, puede ser que sólo le eches más leña al fuego. Cada persona y cada pareja son diferentes, por lo que no hay soluciones universales. La ropa sucia se lava en casa, y el remedio lo tienen tú y tu pareja, no los demás. No está mal escuchar opiniones, pero siempre actúa desde ti mismo.

Sólo tú sabes por qué esa relación fue especial, aunque haya fallado

Cuando terminamos con alguien, no falta quien te exprese su estimable y —no solicitada— opinión. No hagas caso. Digan lo que digan, sólo tú sabes qué fue lo que pasó. Son experiencias nuestras que vivimos y entendemos desde nosotros.

No existen relaciones perfectas

Porque, ¿qué es una relación perfecta, después de todo?
Somos los seres vivos más defectuosos del planeta, no hay manera en que podamos construir perfección desde lo imperfecto. Y quien diga que las relaciones perfectas existen, se está mintiendo.