Noticias El Periódico Tarija

Dos errores entre muchos, se cometen cuando se debate sobre la necesidad de una planta de tratamiento de aguas residuales para la ciudad de Tarija. Primero, que se habló del traslado de las lagunas de oxidación que están en el barrio San Luis, lo que hizo que nadie acepte semejante locura, ¿quién estaría a favor de que lagunas inmundas, malolientes, contaminantes y foco de proliferación de moscas y mosquitos sean llevadas a la zona en la que vive?… nadie, y eso quedó más que claro con la oposición radical ante este anuncio improvisado pero repetido hasta el cansancio. Segundo, que también, se ha venido hablando de la «planta de tratamiento de San Luis», dando por sentado que este es el lugar donde se emplazará esta obra, lo que ha rebelado a los vecinos, que no entienden la razón por la que se hace esta afirmación.

Quienes viven en el barrio San Luis, en su gran mayoría, han sido víctimas del olvido de las autoridades ya que el problema de las lagunas viene de hace más de 20 años, nadie se ha tomado el trabajo para verificar cuál es su efecto sobre la salud aunque ellos denuncian que han aumentado los casos de cáncer y las enfermedades en los niños. No cabe duda que lo que hay en las lagunas es contaminación total pero aún no sabemos qué sucede con las aguas subterráneas que pueden estar siendo afectadas por las aguas negras que absorbe la tierra y las lleva a «algún lado». Irónicamente, el agua que se distribuye en San Luis es de un pozo subterráneo, ¿ se verifica su calidad? , no nos referimos a los análisis básicos y rudimentarios que hace la cooperativa encargada, hablamos de pruebas para saber si hay o no metales pesados, agentes cancerígenos, plaguicidas, agro químicos u otros elementos que ponen en riesgo la salud de las personas. No se hicieron, no se hacen ni se harán.

Entonces, por respeto a los vecinos de San Luis, se debe dejar de incluir ese nombre cuando se habla de la planta pues ni socialización del proyecto se hizo, además que se deben contar con elementos técnicos serios para establecer la locación considerando un «rosario» de factores, por eso es necesario el estudio a diseño final, pues será el documento que dejará en claro dudas que hoy por hoy hacen inviable esta obra.