Cultura Colectiva
Los 90 fueron marcados por el fuerte impacto de un solo programa de T.V. que revolucionó la industria y se convirtió en una de las mejores series de todos los tiempos: Friends. Casi todos conocen al grupo de seis amigos que solían tomar el café todos los días y que parecían nunca trabajar. Pero mientras algunos lo toman como una referencia para delimitar el entretenimiento que vemos actualmente, otros la recuerdan por sus historias y la exploración de las relaciones humanas. Probablemente la más representativa de la serie es la historia de Ross y Rachel.
Aunque no es algo presente durante la mayor parte de la serie, se convirtió en un pilar de ésta. La compleja relación de ambos personajes les impedía ser felices tanto en conjunto como en forma individual. Si algo logró delimitar la serie, a pesar de que ambos en algún momento parecían «avanzar» con sus vidas, fue el impacto que una historia de amor puede tener en dos personas, y cómo, aunque se olviden por momentos, no se pueden dejar ir.
Es obvio que existen distintas recepciones a ese hecho, mientras algunos aplauden la forma en la que ambos personajes terminan juntos –ya que era algo inevitable–, otros resienten el hecho de que no lo hayan superado y hayan mantenido aferrados a una relación que en realidad no funcionó de forma apropiada. Esa frustración surge porque en la vida real no sucede así, pero la serie lo justifica por motivos de storytelling. Entonces, podemos preguntarnos si Ross y Rachel en verdad están equivocados al mantenerse presentes en sus vidas y si tener a los ex dentro de nuestra vida puede resultar de una buena forma.
Es claro que sí existen casos en los que mantener contacto con un ex no resulta en complicaciones y en que todo continúe apropiadamente. De hecho, una encuesta hecha por NBC reveló que 48 por ciento de las personas quedaría en términos de amistad después de terminar con sus parejas, y otra hecha por la Universidad de Oakland afirmó que la confianza y el sentimentalismo son las razones principales por las cuales mantendrían en su vida a su ex.
Sin embargo, la psicóloga y autora Nina Antwood advierte que quedar como amigos de nuestros ex puede ser un reto y existe la posibilidad de que nos impida crecer emocionalmente: no nos permitimos sufrir la pérdida completa y sólo suavizamos la ruptura; además, puede hacer más difícil separar los sentimientos que alguna vez tuvimos.
Entonces, existen los dos lados, en el que es posible que todo salga bien, y en el que quizá todo resulte mal. Las personas que se consideran maduras tratan de evitar cualquier pensamiento ilógico, y volver a los ex es uno de los más recurrentes. Pero más allá de eso existen razones por las cuales no lo harían.
Se afirma que si no se cierra un ciclo, una persona puede vagar durante mucho tiempo pensando en la posibilidad de que quizás no todo ha terminado, especialmente cuando se mantiene a un ex como amigo. Siempre existirá ese pensamiento del «quizá». Las personas maduras cierran el ciclo porque saben que ésa es la única forma en la que asegurarán que su vinculo caducó y que ya nada más puede cambiar ese hecho. Se liberan del pensamiento de duda y están listas para lo que continúe.
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No temen quedarse solas
Como mencionaba el estudio de la Universidad de Oakland, las personas en promedio se mantienen cerca de sus ex por el sentimentalismo pues es una forma de mitigar el golpe. Aquellos que saben que deben sentir un impacto fuerte no tienen miedo de quedarse solos de un momento a otro. La madurez permite abrir los ojos a la realidad, lo que significa tener un momento de soledad después de una relación, ya que se necesita tiempo para pensar en lo sucedido y seguir adelante.
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Siempre miran hacia adelante
Quizás es la razón principal. Saben que ya no aportará nada nuevo esa relación y lo único que hará será recordar aquello que alguna vez existió. Por lo general se espera un momento de calma después de toda la tormenta, y si aún se mira la lluvia, la tranquilidad podría ser menor. Aquellos que tengan el final claro, no pensarán ni un poco en mantener a esa persona en su vida, ya que saben que el tiempo juntos terminó.
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Porque saben que ya no existe el vínculo
Cuando una relación termina, también se rompen ciertas cosas dentro de la conexión personal. Aunque antes de la relación fueran amigos, ese vínculo se transformó para darle un lugar al amor, y finalmente se destruyó. Quienes mantienen esa idea saben que ya no tiene un propósito mantener a esa persona presente. Si el tiempo concluyó, no tendría sentido que se mantuviera como «amigo», pues no existe ese lazo que los unió desde un inicio.
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Saben evitar problemas / incomodidades
Las personas maduras saben que mantener a su ex en su vida puede causar distintos problemas, no sólo con potenciales parejas futuras, sino también en su misma conexión. Encontrarse y ver que cada quien tiene una nueva relación también puede resultar incómodo, además de que cualquier tipo de plática normal –si se llega a mencionar algún interés amoroso– no se sentirá natural.
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Posiblemente la relación de Rachel y Ross no tendría nada de malo, si es que ellos mismos llegan a un entendimiento (a pesar de ser personajes ficticios). Sin embargo, hay muchas personas que prefieren evitar más complicaciones en su vida y consideran que mantener a su ex como amigo es una idea fácil de descartar.
Es difícil dejar ir a alguien con quien se compartió demasiado tiempo y momentos especiales. Cada quien tiene una forma diferente de lidiar con ello. Tener a un ex como amigo puede ser una decisión simple, sin complicaciones, pero también podría resultar desastroso hasta que llegue un segundo final que será mucho peor que el primero. De cualquier manera, nadie sabe con qué cosas se puede encontrar después. Es momento de tomarte un tiempo para ti y reconciliarte contigo. Las mujeres son fuertes y únicas, por eso dejaron de ser el sexo débil.