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El nuevo año renueva las ilusiones de los deportistas tarijeños que esperan mejores condiciones para representar al Departamento de Tarija

ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ

Dentro de unas pocas horas, el año 2017 pasará a formar parte de nuestros recuerdos, ya que estaremos transitando las primeras horas del año nuevo 2018, que seguramente traerá consigo una carga de interrogantes que iremos desovillando a lo largo de los 365 días que nos esperan.

El cambio de año no es sólo un simple ejercicio de cambiar de almanaque, de agenda o actualizar la compu, convendrá con nosotros que es más que eso y el deporte no es la excepción.

Inicialmente nos plantea la necesidad de hacer un balance de todo lo bueno que se hizo, con mirada crítica y sin chauvinismos de ninguna naturaleza, con la misma óptica apuntar los aspectos negativos, que es la única forma de poderlos enmendar.

En la parte deportiva el balance es muy positivo, nuestros deportistas, siguen destacándose en el contexto nacional, aún a pesar de las condiciones desventajosas con otros departamentos donde existen mejor infraestructura, como por la mejor capacitación de los recursos humanos, llámese dirigentes, entrenadores y preparadores físicos.

En el ámbito internacional, se han tenido algunos desempeños excepcionales, pero gracias a los bolsillos de los propios padres de familias, ya que el Estado -salvo escasas excepciones- sigue retaceando su apoyo y la consecuencia es la fuga de nuestros mejores atletas, hacia departamentos o países, donde les ofrecen mejores posibilidades para desarrollar sus aptitudes.

El espectro deportivo se ha visto enriquecido con la incorporación de nuevas disciplinas y lo sorprendente es la cantidad de cultores que se vuelcan a las mismas.

Un aspecto básico para el deporte es la capacitación, pero la misma debe estar orientada no sólo al deportista, se sostiene que el deporte es una mesa de 4 patas, las que deben tener la misma atención, porque cuando una falla, falla el resto.

La vergüenza sigue siendo la mal llamada Villa Olímpica, que suma un nuevo año de postergación y sigue siendo, el mejor testimonio de la desidia y el “nomeimportismo” de los tarijeños, la Gobernación de tanto en tanto, amenaza entregar algunos componentes, pero el tiempo, con su marcha inexorable, se encarga de demostrar lo contrario.

Otro tanto acontece con el Estadio IV Centenario y su famosa Fase II, el año 2013 –se van a cumplir 5 años- fue entregada la Fase I, el Club Ciclón regresó a la Liga del Fútbol Profesional Boliviano en el 2015 y otra vez descendió, mientras nuestro vetusto estadio, con el sistema de iluminación regalado por don Rafael Mendoza deteriorándose, nuestras autoridades siguen dándole largas al asunto, será que alguna vez se ejecuta esta fase.

Lo más penoso es que el deporte con la nueva ley, se ha quedado sin voz, los deportistas, las entidades que los aglutina, ahora dependen únicamente de la voluntad –que no es mucha- de las autoridades.

En fin estos son aspectos que no hay que olvidar, incluso ahora que renovamos nuestra esperanza e ilusión de que el año nuevo sea venturoso para el deporte y los deportistas de Tarija