Cultura Colectiva
La última década del siglo XX apenas llevaba 2 años y el mundo se rendía ante la grandeza de U2… Bono y compañía llevaban su música a escenarios increíbles y jamás antes vistos, todo gracias una banda joven que abría sus shows. En realidad este warm up ya eran un tanto experimentado, pero como consecuencia de ésta gira mundial con los irlandeses la industria entera comenzó a tomarlos en serio. Esa casi debutante y aguerrida banda eran los Pixies.
Estos talentosos jóvenes le dieron al mundo una nueva forma de ver la vida. Tocaban sobre el escenario como si no hubiera un mañana, enloquecían a la gente y le daban a esa gira de U2 un toque especial y único. Pixies se compaginaban en escena de tal manera que su música atrapaba a propios y extraños por igual; no obstante, cuando terminaba su actuación y agradecían para darle paso a la banda de Bono, los cuatro integrantes bajaban del escenario y se dividían. No eran una banda unida, sino cuatro personajes completamente diferentes que se encerraban en camerinos distintos, esperaban un auto que los llevara por separado al hotel y al otro día, repetían la rutina.
En aquel entonces, Kim Deal, la bajista de la banda, era un referente dentro de la música hecha por mujeres. Su incesante performance, la protesta que emanaba de cada nota y su creciente carrera, ponían algo celoso al vocal de la banda, Black Francis quien se empeñó en hacerle ver su suerte en cada oportunidad que encontraba. La desplazó de las grabaciones y le obligaba a permanecer en la parte trasera del escenario. Ante semejante orden, Deal se negó y lo contradijo. Se postraba frente al escenario como si se tratara de la dueña del mundo, aquella que con su instrumento hizo de Pixies una banda de culto. Ante semejante desobediencia, Francis decidió terminar con la banda por medio de una entrevista en una estación radial, seguida de un fax que le llegó a cada uno de los integrantes. No obstante, Francis siempre se proclamó a favor de las caretas, prefirió que se les viera como una banda sólida en lugar de una agrupación en crisis.
Luego de la separación, se reunieron en 2004 con los rumores de su odio mutuo aún latentes. Los cuales, al parecer aún persisten. Kim Deal es la figura principal de la banda, porque aunque a Black Francis no le guste, gran parte de la fama de la banda se le debe a ella.
Esto resulta muy común en el medio musical. Desafortunadamente, muchas de nuestras bandas favoritas van por la vida detrás del argumento que dice que todo es felicidad y amor en sus vidas, que nos hacen reír y nos dan canciones que nos ponen en nuestro mejor momento. No obstante, cuando se apagan las luces y ellos bajan del escenario, se convierten en extraños que no se dirigen una sola palabra y toda esa magia que construyeron, muere. ¿Sabes cuales son esas 5 peores y más hipócritas agrupaciones?
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Soda Stereo
Para cuando el grupo pasaba por su años finales, Gustavo Cerati ganaba más dinero que sus compañero y nunca se sintió mal al respecto. Para él, era lo mas justo del mundo, ya que decía que él hacía todo en la banda, entonces, era sensato ganar más que el resto. Esto hizo que los músicos mantuvieran cierto recelo por Cerati y no le hablaran para nada. Según contó el mismo Gustavo, cuando se despedían de la audiencia y tenían que abrazarse, lo hacían de manera tan forzada que era el peor momento de todo su día.
En parte, la molestia de Zeta y Charly hacia Cerati fue que dejó todo por su familia, al grado de culpar a su esposa de la separación de la banda, considerándola una Yoko Ono más. Sin embargo, Cerati siempre se dijo ajeno a tal problemática; es decir, trató de mantener una relación equilibrada, pero lógicamente, su familia le ganaba a Soda. Los últimos días de Soda Stereo fueron los más angustiantes ya que todos sabían que se acercaba el fin, pero nadie era capaz de decirlo, hasta que el cantante envió un comunicado a la prensa, a los fans y a sus compañeros, entonces, nadie pudo hacer nada.
En la actualidad, ya sin Cerati en el mundo, Zeta y Charly han decidido llevar el legado de la agrupación más allá, no dejando morir a Soda y explotándolo como si nunca hubiera habido algún tipo de problema, sacando todo el jugo posible de la banda y de la memoria del cantante.
Guns N’ Roses
Durante los noventas veíamos un emocionado y atractivo Axl Rose correr por los escenarios del mundo en diminutos bóxers, mientras la euforia de Salsh, Duff McKagan, Matt Sorum e Izzy Stradlin se veía reflejada en cada acorde. No obstante, era el atrevido vocal el que siempre sobresalía de sus compañeros. Slash no estaba del todo conforme con esa situación, por lo que comenzó a beber mucho más alcohol para poder dehinibirse y ser tan extrovertido como el pelirrojo. Stradlin, por su parte, terminó por abandonar el barco, ya que no estaba dispuesto a caer en el circo con tal de ser visto, cuando en realidad, sólo quería tocar y expresarse.
Para los últimos años de la agrupación, Sorum, era fuertemente agredido por Rose quien seguido le hacía sentir menos demeritando su trabajo. En las entrevistas, Axl enfatizaba en algunos problemas de Slash o recordaba sus peores anécdotas dejándolo en vergüenza y se burlaba en los shows de McKagan. Axel Rose era un tirano y no lo ocultaba. Se dice que para el final de la agrupación Rose viajaba sólo y llegaba a los hoteles sin nadie de la banda, incluso días después que sus compañeros. No asistía a los ensayos y enviaba instrucciones sobre el show por escrito. Llegaba al concierto a la hora que deseaba y si se aburría a la mitad, botaba el micrófono y salía sin decir adiós hasta que los golpes se hicieron presentes y la separación absoluta llegó y no hubo vuelta atrás.
En la actualidad, luego de una reunión ansiada por fans, la banda presume ser una de las más queridas por el público y aunque pareciera que hay armonía entre ellos (incluso invitaron a Stevn Adler, el primer baterista) no podemos estar tan seguros, quizá sea una manera de subir el autoestima de Rose y llenar los bolsillos de Slash.
The Police
Como muchas otras míticas agrupaciones, The Police inició su carrera musical en el emblemático CBGB bajo la supervisión de bandas como The Ramones, Talking Heads o Blondie. Con ellos como background, la banda liderada por Sting se propuso ser lo mejor que la hubiese pasado la mundo, por lo que el cantante, dicen sus excompañeros, comenzó a involucrarse en el papel de Dios del rock. Incluso Copeland, el baterista, se refería al cantante de esa manera, burlándose de la altísima autoestima que tenía.
Stewart, el guitarrista aseguraba que cuando se apagaban las luces de los recintos y bajaban de la tarima, se dirigían la palabra y comentaban el show, pero en cuanto era posible, partían cada quien a su manera y al día siguiente que se reencontraban, sólo se saludaban y no había más contacto. En especial, si alguien tocaba el tema de la música, el ambiente se encendía y las discusiones interminables eran una constante que llegó a terminar con un Sting tirado en el suelo con las costillas rotas, cortesía de Stewart.
Luego de sus separación, hubo una pequeña reunión en 2007 en la que Copeland amenazó a Sting. No podía verlo directo a los ojos o lo golpearía hasta dejarlo inconsciente, por lo que durante dicho encuentro Sting permanecía de un lado, mientras que el resto de le banda era repelente a él, aunque en realidad, cada quien hacía su parte para posteriormente partir.
Caifanes
Por años, Caifanes mantuvo sus peleas lejos de los escenarios. Se dedicaban a tocar y enseguida partían. Hasta ahí todo bien. No obstante, hubo quien esparció los rumores de un posible enfrentamiento entre Saúl Hernández y Alejandro Marcovich, el cual era difundido “por debajo del agua” vía el guitarrista. Los rumores llegaron a su límite cuando Marcovich aseguró que Saúl no era tan generoso y amable como aparentaba y el resto de la banda era una especie de logia convenenciera que seguían sus propios intereses. Un día Hernández no aguantó más y se proclamó en contra del músico, quien según él, sobrepasaba los límites de la agresión.
En 1995, luego de su separación, se dedicaron a agredirse mutuamente sin mayor efecto que las altas ventas en los discos de la agrupación. Un tiempo después se reunieron, luego de que Marcovich tuviera un tumor cerebral que lo llevaría a al muerte, supuestamente, y haber sido victorioso de dicho problema, las complicaciones como compañeros regresaron e hicieron que no hubiera contacto entre sí hasta 2011, cuando la banda marcó su regreso oficial en el Vive Latino de ese año. Este aclamado reencuentro únicamente terminó por reafirmar los problemas entre Saúl y Alejandro, evidenciando su lejanía.
Hasta la fecha, Caifanes es una de las bandas mexicanas que llena estadios y que desborda talento por donde quiera que se les vea; no obstante, es también una agrupación que lleva sus pleitos y conflictos a los oídos de su público, dando a entender que si están juntos es más por dinero que por amor al arte. Lo que en realidad es una desilusión para todo aquel que haya cantado al menos una vez junto a Hernández y Marcovich.
Mötley Crüe
Luego de haber abarrotado estadios en los ochenta y de ser considerandos la banda más destructiva del planeta, los chicos malos del rock terminaron en 2015 bajo serios problemas entre sí. Nikki Sixx, cual adolescente caprichoso, dejó de seguir a sus compañeros en las redes sociales, mientras que Tommy Lee daba entrevistas a diestra y siniestra recalcando el hecho de que no eran una familia feliz ni de cerca y entre más lejos se tuvieran mucho mejor. Durante su época dorada, vivieron los excesos como ninguna otra banda. Tenían sexo desenfrenado, comían heces fecales, inhalaban hormigas y se perdían por días en kilos de drogas.
Esto hizo que los cuatro integrantes se volvieran cada vez más destructivos estando juntos, por lo que entre peleas a golpes, bullying y hasta líos legales, la banda de California se dedicó a salir a los escenarios, hacer su trabajo y volver al hotel. En la gira del adiós, cada quien llegaba al país en el que tocarían en vuelos distintos, se hospedaban en hoteles diferentes y ensayaban cada uno por su lado. La convivencia real se da unos minutos antes de salir al escenario y no más. Al terminar, hipócritamente se tomaban de los hombros y agradecían, pero al regresar a camerinos había siempre un reclamo que terminaba en amenazas legales.
Ellos mismo cuentan, en el documental dedicado a su gira final, que la convivencia era tan difícil entre sí que preferían mantenerse alejados o de lo contrario alguno terminaría muerto y no era un juego. En la actualidad, ninguno de los cuatro tiene derecho a interpretar las canciones del Crüe; no obstante, Vince Neil, el vocal lo hace sin ninguna inhibición, mientras que Tommy Lee y Nikki Sixx usan el nombre de grupo para hacerse de publicidad en sus proyectos solistas. Por su parte, Mick Mars, el guitarrista, asegura ser mucho más feliz sin la banda, las engorrosas giras mundiales y las lágrimas falsas y ridículas que sólo provocaban en él grandes dolores de cabeza.
De este modo vemos cómo es que una agrupación como Pixies o como el resto del listado no pueden ser completamente felices. Desafortunadamente, cuando una banda crece al grado de ser conocidos mundialmente, los problemas se harán presentes. Mucho más de lo que se piensa, a veces, entre líos legales y un sinfín de declaraciones hirientes. Las bandas terminan por evidenciar el daño que les ha hecho la fama y los excesos.
Sin embargo, todo parece tener solución en el momento en el que se separan, todo es cuestión de reducir su convivencia. A pesar de ello, somos los fanáticos los que tenemos que ver la falsa careta de armonía con la cual nos quedamos y sonreímos felizmente, pues creemos haber visto bandas realmente compaginadas. Estas agrupaciones merecen un final diferentes y nosotros como audiencia queremos seguir soñando con él.