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Agencias

Miles de niños junto a sus padres se congregaron ayer para presenciar la tercera versión de un desfile destinado a fortalecer el espíritu navideño en La Paz, que recorrió las principales calles de la ciudad al son de villancicos mezcla de culturas.
La fusión cultural entre lo nativo y la simbología comercial da vida a esta manifestación que en pocos años ha logrado movilizar a gran parte de la población de la ciudad, al punto de constituirse en una de sus principales actividades masivas del año.
Los villancicos interpretados con instrumentos andinos que honran al niño Jesús se fusionaron con personajes de fantasía desmontados de Hollywood que encarnan los regalos contemporáneos, ilusión de todo pequeño.
El alcalde de La Paz, Luis Revilla, en declaraciones a Efe, dijo que se trata de un desfile en el que «se regala ilusión, no se dan regalos materiales», sino «valores y momentos de felicidad».
Revilla destacó que el paso de las carrozas y grupos de animación de lo más variopinto congregó a unas 300.000 personas, en una ciudad de cerca de 800.000 habitantes.
En esta demostración, que por su entusiasmo se asemeja a todo un carnaval navideño, participaron 72 agrupaciones que combinaron diversas manifestaciones navideñas como el tradicional papá Noel, el Grinch, muñecos de nieve, duendecillos y hadas de los deseos que arrebataron sonrisas a los miles que se apostaron en el trayecto.
La actividad en sus primeros años contó con la presencia de funcionarios municipales y algunas empresas, privadas en su mayoría, que decidieron incorporarse a la celebración.
Este año la organización calcula que casi 6.000 personas han participado en el desfile, el doble que en 2016.