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Este es un castigo sin precedentes en el que se plantea la interrogante sobre lo que es y no es una violación por internet.

«Está siendo condenado de una forma que no creemos que sea correcta», dijo Kronje Samuelsson a los medios de comunicación tras saberse la sentencia por 10 años de cárcel en contra de su cliente, el sueco Bjorn Samstrom. El hombre de 41 años había sido declarado culpable por violación en Internet. Él lo niega rotundamente.

Samstrom, desde su casa, tuvo contacto con 27 menores de edad, la mayoría de ellas menores de 15 años. Nunca las conoció en persona, en cambio, sí tenía contacto con ellas a través de la computadora. Les pedía que se desnudaran y que se introdujeran objetos para “provocarles placer”. Si no lo hacían, amenazaba con asesinar a sus seres queridos.

Tras saberse el caso, Samstrom se convirtió en la primera persona en ser culpada de violación por Internet, un hecho sin precedentes que implicaría también a la pornografía infantil.

«Es sólo la imaginación del depredador sexual la que establece los límites. La tecnología no conoce límites», dijo Annika Wennerstöm, la fiscal del caso, al Daily Mail.

«Por eso es que tenemos que adaptar nuestra forma de pensar sobre qué puede ser una violación. No siempre tiene por qué haber ataques o coacciones físicas», dijo la funcionaria.

Wennerstöm definió a la violación por Internet como aquella en la que se obliga a alguien a que realice actos sexuales frente a una computadora utilizando amenazas, como las de Samstrom en contra de estos menores que se encontraban en Canadá, Estados Unidos y Reino Unido.

Cada una de las acciones que este sueco obligó a realizar a los niños fueron consideradas por la jueza como crímenes virtuales, por lo que deberá cumplir una condena de 10 años si la apelación que presentó ante las autoridades de Uppsala, en Suecia, no procede

«Es fácil cruzar la línea, mucho más fácil que ir a un parque infantil y encontrar una víctima. Pero nosotros no nos tomamos esto a la ligera. Son crímenes reales, con una herramienta virtual», refirió Wennerstöm. Eso es justo lo que caracteriza a la violación por Internet: el uso de una herramienta virtual para abusar del otro.

Aunque haya reconocido los actos cometidos, Samstrom no aceptó las violaciones, caso similar a lo que sucede con la sexomnia, por ejemplo, en el que el violador no sabe que lo que hizo hasta que despierta de su especie de sonambulismo para darse cuenta que abusó o violó a alguien.