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La declaración del cardenal se hizo en el marco de un acto de apoyo político a José Medina Mora; además habló del arte que ha dividido a la sociedad de Jalisco

Que el incremento de feminicidios en México es producto de «la imprudencia de las mujeres», dijo el cardenal emérito de la iglesia católica Juan Sandoval Iñiguez cuando se le entrevistó a propósito de su participación en una plática de apoyo al aspirante a la presidencia de la Coparmex Nacional José Medina Mora Icaza esta semana.

El arzobispo fue un invitado especial en la plática que se celebró en la Conferencia Patronal de la República Mexicana (Coparmex), y que fue organizada por la asociación civil Mano con mano.

Pero Sandoval no sólo responsabilizó a las mujeres de la violencia que se ejerce contra ellas, afirmó que ellas están conscientes de la razón que ha detonado el alza de feminicidios.

«De parte de la mujer puede haber cuando menos imprudencia. Con cualquier que sale por ahí bien vestido se comprometen, se enganchan», dijo el religioso.

Esta no es la primera vez que el cardenal hace una declaración de corte misógina y ultraconservadora, ya en septiembre pasado dijo que las mujeres deberían hacer sus propias peregrinaciones «para no echar a perder la de los hombres».

Remató sus opiniones sobre los asesinatos de las mujeres con ejemplos y ‘datos de primera mano’, pues dijo haber sido testigo de un experimento antropológico/social en Ciudad Juárez, cuando ésta atravesaba por la ola de violencia feminicida.

 

«Allá en Ciudad Juárez se hizo un experimento y se lo digo, porque allá estuve seis años, lo sé, cuando las ‘muertas de Juárez’ las mataban y enterraban, metieron a un policía joven, bien parecido vestido Civil, en un grand Marquis y lo mandaron por las calles a conquistar muchachas y las invitaba, las subía al carro y las llevaba a la presidencia municipal, cuando ya tenía allá cerca 40 muchachas, les decían ya ves con cualquiera se suben, por eso las matan».

Al final, también habló del arte público en Guadalajara, Jalisco, donde las obras del escultor Alejandro Velasco han sido criticadas y juzgadas «como del demonio» por un sector de la población. Incluso se han organizado marchas para que las piezas de Velasco y la escultura monumental del artista Ismael Vargas, «sincretismo», se quiten de las calles de la ciudad porque las consideran una falta de respeto a la figura de la Virgen de Guadalupe y la religión católica.