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Desde este domingo, las autoridades chinas podrán acceder a la información de cualquier persona que haga algún comentario crítico hacia el régimen en internet.

 

Cada vez resulta más difícil opinar libremente en China, donde la censura gubernamental sigue endureciéndose para eliminar cualquier grieta que permita ser crítico con el régimen. Lo último, la prohibición del anonimato en internet para presionar al usuario a que se autocensure.

A partir de mañana, «La Gran Cibermuralla», como popularmente se conoce el brazo censor del Gobierno, podrá saber quién está detrás de cualquier comentario que circule por el ya controlado internet chino, donde los todos los usuarios tendrán que estar registrados con sus datos personales reales.

Bajo el pretexto de frenar la difusión de rumores, contenido pornográfico o «información prohibida» –que no se especifica exactamente qué es, por lo que puede englobar cualquier comentario crítico–, las autoridades dan un paso más en su afán por tener el control sobre internet.

«Probablemente la normativa tendrá un efecto espeluznante, haciendo que los internautas se autocensuren por miedo a ser encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de expresión», alerta a la agencia Efe la investigadora de Chinese Human Rights Defenders (CHRD), Frances Eve.