INFOBAE
Es sin dudas una de las etapas más importantes de las personas. En plena adolescencia y comienzo de la juventud, son muchas las mujeres y los hombres que pierden su virginidad como parte de un evento desconocido, en el cual una serie de sentimientos pueden volverse adversos y estropear de lleno la primera vez.
Una investigación en conjunto de las universidades de Tennessee y Mississippi -publicado en el prestigioso The Journal of Sexual Medicine– indicó que las experiencias traumáticas en el debut sexual afectan por el resto de la vida a los protagonistas. Frustración, decepción y miedo pueden acarrear problemas psicológicos en la intimidad.
Cada individuo (206 mujeres y 113 hombres) debió calificar las relaciones sexuales de sus próximas dos semanas en términos de sentimiento, de control, satisfacción y bienestar general. El estudio reveló resultados muy claros: aquellos que habían tenido una primera vez dulce, con amor y satisfactoria fueron los que menos signos de «depresión sexual» reflejaron.
En cambio, aquellos que habían utilizados los términos de la ansiedad y la negatividad en su debut, son los que expusieron un panorama de crisis en su vida sexual actual.
«La primera vez está cargada de ansiedad, expectativas y exigencias por rendir bien. Por lo general, la idea de tener una buena performance, con un coito y orgasmo garantizado, domina la mente de los jóvenes principiantes. Tener éxito y ser seductores es un desafío compartido, en donde ambos sexos encuentran sus puntos adversos», explicó el sexólogo Walter Ghedin a Infobae.
Los hombres desean mostrarse atractivos, mientras que las mujeres se obligan a estar a la altura de la seducción desplegada. Por otra parte, la escasa educación sexual y las creencias erróneas se vuelven protagonistas en la primera vez.
La virilidad a ultranza y feminidad llena de prejuicios y culpa también se vuelven factores negativos. Sumados a los descriptos anteriormente, se engloban en un listado de factores que seguramente estropeen el debut sexual de las personas. «El más importante, sin embargo, es el objetivo que se busca en el inicio sexual: se le da más valor a la meta que a disfrutar; se ocultan las inseguridades bajo una seguridad inexistente», agregó Ghedin.
«Las experiencias ‘fallidas’ son vividas como muy decepcionantes, de tal manera que pueden condicionar los ulteriores encuentros. Es frecuente también que se comparen las experiencias propias con las ajenas otorgándole un valor superlativo al comportamiento sexual de los demás. Los demás son los héroes, los ganadores, se los pone en un lugar ideal que no ayuda para nada a superar el conflicto interno», sostuvo el sexólogo.
Ghedin concluyó en que «muchas veces la primera vez ocurre en el cuarto, con los padres atentos, girando alrededor. La urgencia predispone a que los chicos no usen condones, penetren sin juego previo, eyaculen rápido; las chicas no llegan a lubricarse, haciendo el coito doloroso, sienten que todo ha sido fugaz, sin placer. La casa no se vulnera o se pierde el respeto porque los chicos tengan sexo. La casa se vulnera por la ignorancia, los tabúes, la violencia doméstica, la sumisión de la mujer, la represión de las fuerzas vitales con la que todo ser humano cuenta para ser feliz».