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El presidente Evo Morales desahució el lunes toda posibilidad de debatir con los líderes de la oposición, quienes recientemente se unieron públicamente, y aseguró que ese grupo carece de moral para hablar de democracia y justicia, porque estaba sometido a la Embajada de Estados Unidos.

«Debato con el pueblo, no está en mis planes debatir con ninguno de la derecha, no tienen programa, las mentiras de ellos vamos a debatir, no hay debate conmigo», dijo en conferencia de prensa, la primera que ofreció tras la operación en la garganta a la que se sometió en La Habana, Cuba.

El miércoles, los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa, junto al exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, el alcalde de La Paz, Luis Revilla y el líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, firmaron una declaración conjunta en «defensa de la democracia y la justicia».

Morales aseguró que «no es sorpresa» que la derecha, los neoliberales «puedan juntarse» y calificó esa unidad como la reunión de tres partidos políticos tradicionales: ADN, MIR y MNR, que se turnaron para vender el patrimonio de los bolivianos.

«Qué moral tienen para hablar de justicia, de democracia, cuando antes estaban sometidos a la Embajada de Estados Unidos», cuestionó.

Los opositores, por separado, demandaron un debate con el vicepresidente Álvaro García Linera, quien sostuvo que retó a debatir en bloque y no «uno por uno», es decir, a la unidad de seis opositores, entre ellos dos expresidentes, que denuncian una supuesta persecución política en Bolivia.

Sin embargo, el jefe de Estado señaló que es «una alegría» ver juntos a los opositores que intentan ahora usar la cara indígena como el mejor instrumento para prestarse a los juegos del imperio.

«Este (grupo de opositores) responde al sistema imperialista, capitalista, nosotros al pueblo, esa es la gran diferencia», enfatizó.