Los políticos cuando llegan al poder intentan hacer gestión ejecutando obras, algunas prioritarias y la mayoría no, saben que esas obras serán su carta de presentación para la próxima elección, será una forma de decirle a quien votó por ellos que cumplieron su compromiso mucho más allá de que no hayan hecho lo que prometieron en la campaña. Hay quienes dicen que el interés de licitar, adjudicar y ejecutar obras pasa también por otra razón, supuestamente cobrar el diezmo, la coima, el porcentaje … es muy difícil comprobarlo en cada caso particular porque dicho pago no deja factura, aunque han habido situaciones en las que se ha desenmascarado a más de un corrupto.
Surgen ciertos problemas cuando quien está al mando de una institución deja obras en plena ejecución, sin terminar, y asume una nueva autoridad que tiene la obligación de continuarlas y concluirlas, la autoría es la que está en juego y la que genera tantos desencuentros. Los que se fueron quieren o esperan que se los invite a la inauguración y en la placa diga su nombre, los que llegaron normalmente tienden a olvidarse de quien comenzó el proyecto y muy difícilmente lo recuerdan cuando se lo entrega concluido…y claro que en la plaqueta ni pensar. Tanto la vida como la política en algunas de sus etapas están llenas de ingratitud pues parece ser que la última foto es la que cuenta… y quienes salen en ella.
En nuestro medio tenemos ejemplos recientes, «fresquitos», como el del ex alcalde Óscar Montes y el actual, Rodrigo Paz, Montes reclama permanentemente que ante las numerosas obras que dejó a medias no se lo toma en cuenta cuando son inauguradas por Paz y en las placas su nombre brilla por su ausencia. Pero no sólo es eso, sino que muchas de ellas a pesar de haber sido ya entregadas aún no son puestas al servicio del pueblo, como ocurre con la nueva terminal de buses de la ciudad de Tarija, el cine teatro municipal,etc. . Dejando de lado el tema, si llama mucho la atención que tantos millones de dólares estén a la intemperie sin ser aprovechados por el pueblo. El alcalde Paz dice que las obras no tienen nombre ni les pertenecen a nadie, sólo a la gente… aunque habrá que preguntar qué dicen las placas en la obras que comenzó Montes e inauguró él. En la gobernación se han presentando algunas situaciones como en la carretera final Copacabana-Yunchará hace unas semanas, cuando el Gobernador Adrián Oliva la presentaba y aparecía en escena el ex gobernador Lino Condori, listo para salir en la foto, tal cual sucedió. Oliva fue criticado porque supuestamente ese proyecto fue iniciado por Condori y su estrategia comunicacional no lo negó dejando ver que no importaba quien comenzaba la obra, reconocimiento tácito a lo afirmado por sus detractores. Hubieron también otros casos en los que quienes fueron parte de la anterior gestión le reclamaron a la actual autoridad.
Lo cierto es que más allá de discursos de tarima, más allá de la demagogia tan propia de los políticos, la obras se hacen con nuestro dinero, que ellos crean que es suyo y que pueden disponerlo como quieran es otra cosa, obvio que no es correcto. Son nuestros recursos los que utilizan los políticos para hacerse publicidad, para decirnos que nos traen regalos, que nos hacen un favor al acordarse de nuestras necesidades y eso es porque el concepto de servidores públicos se ha torcido absolutamente, se ha tergiversado totalmente. ¿ Ahora resulta que somos nosotros, los que los pusimos donde están los que debemos agradecerles, cuando en realidad lo que un político en el poder debería hacer es una tarea de servicio a la colectividad?. Ellos deberían agradecer por la oportunidad que les damos para servir, en cambio muchas veces nos encontramos con autoridades inaccesibles, insensibles y con amnesia de lo que prometieron y el compromiso que asumieron que se desentienden de los requerimientos ciudadanos y se ocupan sólo de llenar sus egoístas ambiciones personales.