SHIRLEY. A. ESCALANTE/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-octubre 03/2016) La plazuela Sucre se convirtió en una de las principales zonas de comercio gastronómico, pero al mismo tiempo de venta de accesorios como manillas, collares, aretes por parte de los migrantes de paso que llegan a la ciudad de Tarija.
Sin embargo, cuando la mayoría de la ciudadanía descansa en la noche, este espacio se transforma en un lugar de desorden e inseguridad porque hay personas que salen de las discotecas o bares en en estado de ebriedad y se dirigen a la plazuela Sucre. En algunos casos se suscitaron riñas individuales, grupales y asaltos sin importar las consecuencias que conlleve el hecho.
Lo que llama la atención es que al promediar las 3:00 horas de la mañana, cuando ocurren estos episodios, los vecinos lamentan que no exista ningún patrullero rondando la zona.
Incluso un trabajador de un medio impreso que se dirigía a su casa después de su jornada laboral sufrió un asalto y agresión con navaja de un delincuente que estaba en la plazuela Sucre.
“Un día llegue de viaje a eso de las 3:00 de la madrugada y había muchos jóvenes en la plaza, yo pensé que ocurrió un accidente o algo por el estilo, pero tuvimos que acelerar el automóvil en el que nos trasladábamos, ya que si no lo hacíamos se ponían dos chicos a pelear encima del parabrisas”, dijo una vecina.
Según los testimonios de vecinos que viven cerca, muchas veces la plazuela Sucre se convierte en un campo de boxeo. Mencionaron que no solo se observa a personas de sexo masculino golpeándose, sino también a mujeres que utilizan un vocabulario despectivo para su mismo género.
Claudia Morales, ciudadana tarijeña, manifestó que hace aproximadamente hace tres semanas decidió asistir a una discoteca que está cerca de la plazuela, al salir del centro bailable observó que dos mujeres entre 19 a 21 años de edad intercambiaron fuertes frases despectiva y de repente una golpeó a la otra para iniciar el conflicto.
“Primero se insultaron y en el momento menos esperados se agarraron de los cabellos y nadie se metía ni decía nada, yo al percatarme que una agredía con mayor fuerza a la otra llame a la Policía y ni me contestaron. Por último salió una señora que vive al frente del colegio Liceo Campero y le echó un balde de agua y con eso se separaron”, dijo Morales.
Fedjuve pide mayor control
El presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), Edwin Rosas, recomendó a los padres de familia tener mayor control con sus hijos, más aun cuando asisten a este tipo de centros nocturnos.
Para Rosas el trabajo del nuevo Comandante será arduo más aun cuando se debe asumir varias estrategias para resguardar la seguridad de la ciudadanía, para romper de una vez y por todas las famosas peleas de un grupo con otro.
“Los patrullajes continuos podrían ser una solución para ejercer un poco de respeto por el área pública”, dijo Rosas. (eP)
