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(ABI).- El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, pidió el viernes a las organizaciones sociales del país fortalecer la defensa del proceso de cambio vigente en el país desde el 2006 con una actitud antiimperialista, en el marco de una reunión del ‘Pacto de Unidad’ instalada en la ciudad de Cochabamba.

«Una de las tareas en cada una de nuestras organizaciones es defender el proceso de cambio y un camino para la defensa del proceso es asumir una conducta anti imperial», manifestó.

La Confederación de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias ‘Bartolina Sisa’, la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales, el Consejo de Ayllus y Markas, la Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano y la Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia integran el Pacto de Unidad.

Según Quintana, cada sector social debe permanecer en permanente alerta para la protección del proceso de cambio, porque el imperio norteamericano -dijo- no cesa en sus intentos de dominar al país ni a la región.

A su juicio, Estados Unidos busca derrocar al presidente Evo Morales y a su gobierno conformado por organizaciones populares, puesto que los considera sus «enemigos históricos» porque pusieron fin a un siglo de su injerencia, dominio y arrogancia en el país.

Quintana agregó que el Gobierno comenzó a fortalecer la defensa del proceso de cambio con acciones como la reciente creación de la Escuela Antiimperialista ‘Juan José Torres Gonzales’ en las Fuerzas Armadas con sede en el departamento de Santa Cruz.

En esa línea, criticó a los políticos de la derecha que hicieron observaciones sobre la apertura de esa entidad académica y los calificó como personas «enajenadas y a favor del imperio».

«Dicho de otra manera son aquellos que comulgan con el intervencionismo norteamericano. Son aquellos que comparten las invasiones a los pueblos», aseveró.

La autoridad recomendó, por último, que la lucha antiimperialista se refuerce en el país con la identificación y el combate inmediato a los voceros y promotores de intereses externos que quieren ver a los bolivianos «arrodillados» ante Estados Unidos.