Reuters
La oposición venezolana dijo ayer que desconocerá el estado de excepción decretado por el presidente Nicolás Maduro, lo que amenaza con elevar la tensión en el país en un momento en que se han agudizado la escasez de bienes y las largas filas para adquirirlos.
Maduro firmó un decreto de excepción y emergencia económica, que se extenderá todo el 2016 y parte del 2017, con el argumento de que requiere poderes especiales para luchar contra la «guerra económica» de empresarios y políticos, a los que responsabiliza por la crisis venezolana.
La oposición, por su parte, sostiene que las largas filas para adquirir alimentos y medicinas y las constantes fallas en los servicios públicos son el corolario de más de tres lustros de políticas socialistas que han arruinado a la industria local y agravado la dependencia de los precios del crudo.
«Llamo al país a desconocer este decreto que coloca a Maduro por encima de la Constitución», dijo el líder de la oposición, Henrique Capriles. «No va a resolver ningún problema».
El decreto requiere la aprobación de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora. Sin embargo, en enero, al ser rechazada por el parlamento una ley similar, fue al Tribunal Supremo de Justicia que la declaró vigente.
«La Asamblea Nacional perdió vigencia política», dijo el mandatario. «Es cuestión de tiempo para que desaparezca».
Además, Maduro dijo que las largas filas, los recientes saqueos y los llamados a marchar de la oposición buscan sembrar el caos con el fin ulterior de desbancarlo.
«Estamos siendo víctimas de la agresión mediática, política y diplomática y de las amenazas más graves que ha vivido nuestro país en los últimos 10 años», dijo. «Esta campaña internacional revela planes para derrocar el gobierno bolivariano, para justificar una intervención extranjera de carácter militar».
Maduro, quien asumió la presidencia en el 2013 tras la muerte por cáncer de Hugo Chávez, denunció el martes que un avión espía estadounidense -Boeing E-3 Sentry- violó el espacio aéreo venezolano la semana previa, por lo que protestará «severamente» ante el Gobierno de Estados Unidos.