Alfredo Colque Machicado
Economista Máster
en Economía del Gas
y Petróleo
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El Programa Solidario Comunal (Prosol), es un programa de asistencialismo departamental creado por la incapacidad de autoridades, que no supieron proponer soluciones reales y efectivas, para nuestras comunidades indígena originarias y campesinas del departamento de Tarija, que después del paro de ocho días y haberle ganado la pulseada al gobierno departamental, ha desnudado una realidad que demuestra, que este programa siempre fue un engaño para el sector campesino y obviamente para toda la población, debido a que ese dinero nunca fue utilizado para proyectos productivos que fortalezcan el desarrollo agropecuario tarijeño.
Esto es evidente ya que después de todos estos años de regalar tanto dinero a fondo perdido, la producción agropecuaria en todo el departamento de Tarija, en vez de crecer y mejorar, ha disminuido considerablemente, viéndose afectada notablemente en los últimos años, la pregunta ante esta situación es: como puede ser posible esto?, si las familias campesinas reciben 6 mil bolivianos anuales para supuestamente mejorar la producción agrícola, la generación de empleo y por ende mejorar sus ingresos familiares, a través de la mecanización del agro. Lamentablemente nada de esto ha sucedido, ya que a 8 años y 8 meses del inicio del Prosol, lo único que ha cambiado en este programa, es que se haya extendido a más de 700 comunidades, e incrementado su monto de 2.000, primero a 4.500 y luego a 6.000 bolivianos por familia. Gastando desde 2009 hasta ahora más de 1.000 millones de bolivianos; sin embargo, las mejoras nunca se reflejaron en la calidad de los productos, el abastecimiento y en los precios del mercado.
Por esta razón gran parte de la población tarijeña cree que el Prosol es un engaño, ya que ningún beneficiario, peor sus dirigentes, saben responder, dónde están los frutos de este programa desde que se ha comenzado a regalar estos recursos, no hay nada, si hubiera frutos tendríamos que tener los productos de la canasta familiar en calidad y cantidad, y a precios bajos en los mercados, todo hace suponer que los campesinos utilizaron esos recursos para adquirir bienes materiales y no para producir la tierra, es decir que los recursos del Prosol se fueron a un fondo indígena tarijeño, llamado corrupción.
No son un secreto las constantes denuncias emitidas en torno al Prosol, los asuntos denunciados van desde carpetas y facturas falsas, comisiones a tiendas proveedoras, malas inversiones hasta «favoritismos» de la dirigencia comunal que según los propios hermanos campesinos determina a las familias beneficiarias, es decir quien recibe y quien no, otra irregularidad ha sido la «afiliación» desmedida de “comunarios” circunstanciales, es decir, que no residen en el lugar, así como en una discrecionalidad (sin licitación) en la elección de empresas y proveedores, entre otra serie de irregularidades.
Vemos que durante todo este tiempo, lamentablemente se ha mal acostumbrado al hermano campesino y va ser difícil a esta altura cambiar esa situación, por tal razón el ejecutivo departamental debería descartar esa propuesta de disminuir el Prosol a 2000 bolivianos para este año 2016, como se está pensando, de hacerlo ocasionara mayores conflictos y movilizaciones y eso los tarijeños ya no queremos más, por tanto debería pensar en una alternativa que mejore el Prosol, tal vez la solución sea transformarla en un Fondo de Crédito Productivo y que la misma sea accesible a todo tarijeño del campo y la ciudad, es decir créditos con baja o nula taza de interés, para emprendimientos productivos no exclusivos del agro, esta puede ser una gran alternativa, que no solo ayudaría a solucionar la escasez de productos agrícolas, sino también mejorar la calidad de vida de las familias tarijeñas que desean arrancar un emprendimiento productivo, esta es una propuesta que se diferencia de otras alternativas que supuestamente intentan fomentar el emprendimiento tarijeño, terminan solo dándoles capacitación y no capital de arranque, que es lo que realmente necesita cualquier tarijeño o tarijeña que tenga una iniciativa productiva.
El sector campesino es el más y mejor atendido por los tres niveles de Gobierno a través de políticas públicas como los programas Mi Riego y Mi Agua, por otro lado se tienen normativas exclusivas para el sector como la Ley de Revolución Productiva, la Ley de Seguro a la Producción Agrícola y la Ley de la Madre Tierra, además no nos olvidemos que cuando hay fenómenos naturales como heladas, sequias, riadas, plagas, etc. que afectan la producción agropecuaria, gran parte de esas pérdidas son repuestas y devueltas, incluso en efectivo a través de programas y proyectos gubernamentales, esto no sucede con ningún otro sector de la sociedad boliviana, que no recibe ningún tipo de apoyo del Estado, ojo que no estamos analizando el alza del precio de la tierra en Tarija, que ha favorecido sobre todo al sector rural, solo como ejemplo diremos que en los últimos 10 años, el precio de la hectárea subió de dólares 1.000 a 10.000 $us. Por tanto es más que evidente que el Prosol fue un engaño político y hoy el mismo por estas y muchas otras razones, no se justifica más.
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