Alfredo Colque Machicado
Economista Máster
en Economía del Gas
y Petróleo
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Como todos sabemos la permanencia o no del Gabinete de la casi primera gestión del Gobernador es tuición de la misma autoridad, es decir que es personalísima la decisión de si continúan o no sus “colaboradores” inmediatos en la presente gestión 2016.
Sin embargo al ser la Gobernación una institución pública y no privada, en la que desde el último servidor hasta el mismo Gobernador son empleados públicos y que estos se deben a los intereses del pueblo de Tarija, considero oportuno realizar las siguientes observaciones respecto a los miembros del gabinete del Gobernador, de manera general para no herir sentimientos, pero al que le quede el guante que se lo chante, que como lo señaló el asambleísta por Unidad Demócrata Willman Cardozo están “pateando oxígeno” y que algunos “juegan en contra más que a favor”, seguramente muchos tarijeños apoyan esta afirmación así como también creen que lo mismo sucede con los asambleístas departamentales que no sólo patean oxígeno, sino que a pesar de ser unos grandes faltones cobran integro sus sueldos a fin de mes, pero estas son papas de otra bolsa, de la que comentaremos en su momento.
Volviendo al tema. Ya pasaron varios meses, casi un año y es necesario hacer un análisis de la gestión y del círculo de asesores y colaboradores del Gobernador y me refiero no solamente a los Secretarios Departamental sino también a Directores y hasta Jefes de Unidad, que lamentablemente responden más a cuotas de poder que a un plan de Gobierno, incluso pareciera ser que más que asesores y colaboradores son cuotas de poder político, económico, empresarial, familiar y hasta de amistad. Esta debilidad que lamentablemente es una costumbre en la política boliviana no le ha permitido a la primera autoridad departamental escoger a los mejores hombres y mujeres de Tarija que le ayuden a remar el barco hacia tiempos de cambio, o por lo menos como dice su eslogan a un nuevo tiempo. Por qué?, no lo sabemos.
Seguramente la máxima autoridad lo sabe, pero sino hay que informarle que la gente que lo eligió, el pueblo, no es esta contento con su gestión por culpa de sus “colaboradores” y no lo digo yo, sino es lo que se repite a diario en los taxis y micro buses, en las colas para hacer gestiones burocráticas o en un mercado popular, en donde a propósito el dinero ya no alcanza para comprar los alimentos más básicos de la granjita feliz, es aquí donde la gente habla sin maquillajes y exige a su máxima autoridad un cambio radical que mejore la economía y su precaria calidad de vida.
Es cierto que este problema no lo va a resolver una sola persona (Gobernador), por eso es importante que la primera autoridad se rodee de gestores públicos que demuestren resultados de su gestión y no lo que hasta ahora, que es la muestra de incompetencia y falta de compromiso, que es la muestra de la falta de sintonía con el tarijeño de a pie, es necesario decirlo así, pero la mayoría de sus “colaboradores”, no todos, están desconectados, igual que un cosmonauta de la tierra. Pues lo único que los ciudadanos hemos visto hasta ahora, son egos y protagonismos que están proyectando un panorama incierto dentro de la administración del nuevo gobernante. Es como una orquesta sinfónica con director (Gobernador), pero donde los instrumentistas (Gabinete) tocan a su aire, es decir su propio ritmo.
Lamentablemente la suerte del Departamento de Tarija, se decide con esta administración, en los próximos cuatro años. Quizás antes, tal vez al final salga humo blanco, claro si lo hacen bien, y creo que esto puede ser posible siempre y cuando se dé un cambio, un verdadero cambio, pero no con más de lo mismo, porque lo que hasta ahora tenemos ha mostrando agudas señales de descomposición y en algunos casos desde el comienzo, y a casi un año de gestión se nota que la mayoría de los colaboradores no tienen la capacidad política ni administrativa para seguir como colaboradores, ya que los conflictos han rebasado la lectura equivocada que tienen, con una realidad encasillada en sus oficinas y los medios de comunicación y sin proponer soluciones reales y efectivas a la crisis y problemas que a diario vivimos todos.
Pero bueno la mía es sólo una opinión, por eso es el Gobernador quien debe pensar seriamente en realizar el cambio o no de su gabinete de “colaboradores”, puesto que muchos de ellos, según opinión del pueblo y de algunos de sus aliados “se aplazaron”, en el desempeño de sus funciones, además ninguno de ellos está aprobado por la población, es más a algunos ni se los conoce y así no se los puede llamar colaboradores. Pero pese a esto, quien está en el ojo de la tormenta y a quien el pueblo va pedir cuentas es a la primera autoridad, quien a un año de su gestión debe decidir entre dos caminos, elegir el continuismo y más de lo mismo o elegir a hombres y mujeres capaces de enfrentar el desafío de llevar a Tarija a un nuevo tiempo, un tiempo de cambio.
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