Noticias El Periódico Tarija

///
Muchos son los cuestionamientos a la gestión interina de Lino Condori, sombras de corrupción caen sobre ella, malos manejos, despilfarro, ineficiencia… por lo menos así lo plantean sus detractores. Quienes fueron parte de ella la defienden mostrando que uno de sus avances más importantes fue la descentralización de recursos distribuyéndolos entre las provincias excepto el Chaco que tiene su porcentaje definido. Esa forma de gobernar va en contra ruta de lo que en apariencia se quiere en la nueva gestión de Adrián Oliva y va generando reacciones de los poderes regionales a través de los subgobernadores, unos más enfáticos que otros tal como ocurre con Walter Ferrufino de O’Connor, es cierto también que la realidad económico financiera de la Gobernación es muy diferente ya que de presupuestos superiores a los Bs. 4 mil millones anuales, hoy estamos hablando de un 50% menos aproximadamente, es decir, el golpe es duro y más todavía si la estructura esta preparada para cuando se tenía más dinero en las arcas y en camino. La crisis en el precio internacional del petróleo golpea al país pero también a Tarija, se achico la billetera pero los gastos y compromisos siguen siendo aún muy elevados y hay un desbalance peligroso entre los ingresos y egresos.
A veces pecamos de inmediatistas e incrédulos, si no vemos no creemos, y si algo se le reclama a Condori es de no haber realizado obras en beneficio del Departamento y su gente aunque en su defensa se explica que en virtud de la mentada distribución de recursos, esas obras están en la provincias y no en la mismísima Plaza Luis de Fuentes de la ciudad de Tarija. También se ha revelado que el manejo del dinero de todos por parte de los ejecutivos Seccionales no fue controlado ni fiscalizado adecuadamente por lo que se ha especulado mucho sobre las supuestas «fortunas» de los «reyes chiquitos» que aparecieron en las regiones, pero a pesar de tanto «chimento y ronroneo», resulta que ni quienes pusieron esta especulación en la calle ahora se ocupan de pedir auditorías o evaluaciones de como y para que se usaron esos dineros, porque si realmente les importa, hace mucho se deberían haber impulsado los mecanismos que permitan establecer si se los administró irregularmente o no, es más, la mayoría de estas autoridades provinciales fueron reelectas hace poco, para algunos como premio a una buena gestión.
No se trata de nombres ni partidos, lo correcto debería ser que se promueva «siempre» el auditaje de cada proceso de contratación y de cada gestión, no pensando que sucedió algo malo e ilegal sino por el contrario, para fortalecer la confianza en una administración sería, responsable y transparente.