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El Gobernador Adrián Oliva prepara su primer informe de gestión, una muy corta aún considerando que asumió en mayo de 2015, en medio de una incertidumbre creciente sobre como sería su relación con el Gobierno , después de una campaña electoral en la que hasta se dijo que era agente de la CIA, sólo para darnos cuenta lo dura que fue, con un Evo Morales empecinando en que su candidato sustituto gane luego de la inhabilitación del titular que tenía serias posibilidades de triunfar.
La novel Administracion pretendió hacer un corte que marque un antes y un después, con la gestión de Lino Condori que dejaba mucho que hablar y sin que pudiera explicar o aclarar nada, se hicieron muchas denuncias de gastos descontrolados, despilfarros escandalosos, millonadas de recursos prácticamente arrojados por la cloaca, denuncias que al fin parecen haber dejado ahí porque nunca más se escucho de ellas ni de las famosas auditorías anunciadas. Era lógico que se intentara decirle a la gente como se recibía la Gobernación pero se tardó un poco en explicarle que se quería hacer con la Gobernación, a Oliva no le fue fácil conformar su gabinete, hubieron carteras que estuvieron acéfalas un buen tiempo, como la de Obras Públicas por ejemplo, seguramente porque cada vez menos ciudadanos quieren involucrarse en la gestión pública y menos todavía en la política, pero influyo también el hecho de tener que distribuir espacios de poder entre tantos aliados que lo apoyan y sostienen.
El Gobernador fue muy hábil en su relación política con Evo Morales, muchos esperaban un Oliva contestatario y confrontador y les salió alguien de diálogo y concertador, en apariencia el Presidente acepto la mano extendida por la autoridad tarijena y se los vio juntos con frecuencia en actos organizados por ambos. Eso le hizo ganarse detractores entre sus propios aliados, es el caso de Luis Pedraza de Camino al Cambio que fue muy duro al calificar esos acercamientos.
En la medida que transcurrieron los meses se fueron poniendo paños fríos a la crisis destrabando una serie de procesos y proyectos con problemas, pagando deudas y compromisos y terminando obras iniciadas en la anterior gestión. Difícil fue y es su relación con algunos Sub gobernadores de la línea oficialista, algunas restricciones a sus actuaciones ha logrado su reacción llevando por momentos el discurso a niveles de confrontación. Con la Asamblea Departamental en manos del Movimiento al Socialismo, demostró habilidad al volcar la mayoría masista en dos proyectos de ley que finalmente quedaron en nada.
Ha comenzado este año con el anuncio de recortes, despidos y programas que deben cerrase, la explicación se basa en la reducción del presupuesto departamental y la previsión de menores ingresos con la referencia del precio internacional del barril de petróleo oscilando por debajo de los $us 30.-, recordemos que el presupuesto general de la Nación se lo elaboro suponiendo que ese indicador no sea menor a los $us 45.-, o sea ya hay serios problemas y una diferencia marcada entre lo que se planifico tener y lo que se tendrá, la situación para Tarija es la misma. Estos anuncios han comenzado ha generar presiones sobre el Gobernador, más aún si tenemos en cuenta que el retirar a una importante cantidad de funcionarios provocara reacciones complicadas. Difícil año para la autoridad en la que deberá poner a prueba su temple y cintura política.