CULTURA COLECTIVA
En una historia narrada por los vencedores, sí, Anastasia es esa pobre princesa que enfrentó a su fatídico destino tras la revolución rusa y la presencia de un enigmático brujo llamado Rasputín. Desde un horizonte distinto, Anastasia se crió junto a sus otras tres hermanas (Olga, Maria y Tatiana) y su adorado hermano Alexis dos años menor que ella, alrededor de una corte sublime en medio de un reino atrasado y empobrecido por la corona que se posicionaba sobre la cabeza de sus padres, los Romanov. Los archivos dan testimonio de una Anastasia con carácter reservado, a veces algo lúdico, pero sobre todo introvertido y de gran apego a su abuela paterna, la zarina Maria de Dinamarca. No hay muchos datos de la joven Anastasia desde su nacimiento hasta el final de sus días; no obstante, es justamente ese silencio que le acoge el mismo que nutrió a su posterior desaparición y las especulaciones casi mitológicas de su personaje ya consolidado como mártir.
Los informes de hechos –encontrados en 1989– narran cómo la familia imperial y el Zar, después de la abdicación al trono real por los rebeldes, fueron dirigidos a un sótano del palacio a base de mentiras y fusilados en un supuesto intento de huida. Para la mayoría de los historiadores, Anastasia fue asesinada junto a sus padres y hermanos, pero existen algunos escépticos que creyeron, o creen, que la princesa logró escapar y se mantuvo en secreto por muchos años. Y si a esto le agregamos la presencia de un místico extraordinario como el famoso “Monje loco”, hay toda una gran fórmula para contar en la literatura y el cine el relato mágico de una chica sangre-azul en busca de su trono
Diversos escándalos y fascinaciones ha levantado el suceso; desde la autoproclamación como auténtica Anastasia de una tal Anna Anderson, hasta la exhumación de los restos imperiales en 1991 y otras pruebas genéticas en 1998 para esclarecer los paraderos fatídicos de la familia, la historia rusa y el sensacionalismo internacional que ha efectuado una serie casi infinita de revisitaciones y escrutinios alrededor de los Romanov como una casa misteriosa de trágicas direcciones.
Hoy vuelve a tomar relevancia el apellido con la coloración parcial del álbum familiar y la sorpresa que causan al espectador habituado a ver este pasaje histórico en blanco y negro. La responsable: Olga Shirnina y sus colegas en Flickr, grupo ya bien conocido por traer el pasado a la actualidad en completa definición.
–
Olga Románova, princesa de Rusia.
–
Nicolás II y Alexandra Feódorovna, zares de Rusia en 1899.
–
1914 y la princesa María Románova.
–
El pequeño zarévich, Alexei Romanov.
–
La zarina.
–
De derecha a izquierda; Olga, María, Tatiana y la Gran Duquesa Anastasia.
–
El zar.
–
La embarcación de recreo del zar Nicolás II, el Standart II.
–
Las mujeres de la familia imperial trabajaban como enfermeras al inicio de la I Guerra Mundial.
–
Los Romanov en 1914.
–