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Mentir para protegerte o proteger a tu pareja de un mal rato tiene justificación desde el punto de vista de algunos expertos.

Desde hace décadas nos han enseñado e inculcado que mentirle a tu pareja es el peor de los pecados y el culpable de arruinar la confianza que tienes con la persona que amas, sin embargo ¿estás seguro que la honestidad 24 horas al día es la mejor idea?

 Decir lo que pensamos sin filtros y sin “mentiras blancas” también puede ser perjudicial para la relación. Un estudio reciente mostró que decir pequeñas mentiras blancas puede resultar algo bueno y fortalecedor en las relaciones o vínculos generales con las personas.

 No todos los expertos están de acuerdo con el resultado arrojado por el estudio, sin embargo la mayoría concuerda en que cuando se trata de evitar malos sentimientos o dolor de un ser querido, no hay nada de malo en maquillar o doblar un poco la verdad.

Y es que te pondremos un ejemplo, si tu chico te pregunta: “¿Amor, me veo gordo?”, si te propones ser la más honesta del mundo lo más seguro es que hieras los sentimientos de tu pareja y peor aún él adoptará una actitud defensiva que eventualmente generará una discusión entre ambos; al menos esa es la teoría que propone la fundadora de Cupid´s Pulse, Lori Bizzoco.

 Claro que la honestidad 24 horas al día y 7 días a la semana puede funcionar y ser la clave del éxito de muchas parejas, pero también admitamos que algunas cosas están de más y definitivamente se podrían omitir. Lo importante aquí es mentir para protegerte o proteger a tu pareja de un mal rato tiene justificación desde el punto de vista de algunos expertos, entre los que se incluye la autora sobre relaciones, Jenna McCarthy.

 Lo que aboga el estudio concretamente es que cuando mientes para proteger a alguien es porque lo quieres y, por lo tanto, quieres estar cerca de él. Y es que ponte a pensar en otro ejemplo, si tu novio realmente odia el vestido nuevo que traes puesto y piensa que no te queda para nada bien, ¿en qué te beneficiaría saber eso?

O cuando le dices a tu chico que no quieres ir a casa de sus padres porque eres alérgica a los perros, pero en realidad tú sabes que a quien realmente no soportas es a tu suegra, al final lo que estás haciendo es mentirle para no dañar sus sentimientos ni hacerlo sentir mal, esas son a las “mentiras blancas” a las que el estudio se refiere.

 Los ejemplos que te podemos poner son miles y acá entre nos sabemos que todos las hemos aplicado alguna vez. Cuántas navidades hemos dicho “wow, este regalo está padrísimo, es lo que siempre quise que me regalaran”, cuando en realidad tu abuela te regaló el suéter más brillante, lleno de lentejuelas, de lana con cuero y que no lo usarás jamás; todo eso sólo para evitar causar controversia o lastimar a esa persona que tanto amas.

Ojo porque no estamos diciendo que las mentiras siempre están bien, absolutamente todos los expertos coinciden en que nunca debes mentir sobre temas importantes como dinero, adicciones, matrimonios pasados, entre muchas más.

Aplicarlas sólo es válido cuando realmente no quieres dañar a la persona que quieres porque a la larga si se convierte en un hábito, estas mentiras pueden convertirse en una bola de nieve que eventualmente va a dañar la confianza en la relación.

Y si te llegan a cachar en una de estas mentiras blancas, que no cunda el pánico. Lo que puedes hacer es explicar porqué lo hiciste sin ataques ni engaños.