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SAÚL CARDOZO/ BOLINFO/ TARIJA
(elPeriódico- 20 de octubre/ 2018) Los antisociales buscan nuevas formas de delinquir, evitando que las víctimas se den cuenta.
La Policía detectó nuevamente el modus operandi que  utilizaban años atrás las bandas que operan en la ciudad de Tarija, que es de utilizar como señuelos a mujeres y mujeres  para identificar a quienes tienen dinero o para despistar una vez que agarran el botín.
Este modus en el que utilizan a menores es denominado el “juguetazo”.
El comandante departamental de la Policía Boliviana, coronel Freddy Gordy Soto, informó que se está volviendo a tener casos de las viejas prácticas de los delincuentes, quienes utilizan a menores o a mujeres que generalmente son más creíbles para despistar a las víctimas.
“Se tiene como ejemplo en un robo de celular, el delincuente está fugando hacia un lado, y aparece una persona en medio del camino que puede ser un niño o una mujer que le indica que el antisocial se fue para el otro lado, e indica una situación contraria a la que realmente existe”, dijo.
Como en el hecho hay una mujer o un niño, la confianza expuesta hace que la víctima caiga en el error y busque por donde no está el ladrón.
“Normalmente, este tipo de hechos se presentan donde hay alta concentración de personas, en mercados, en ferias y en sectores donde fácilmente se esconde el delincuente”, añadió.
Según el jefe policial, el rol de las mujeres en este tipo de delitos es el de distraer a la víctima y hacer que baje la guardia.
“Lo que deben hacer las personas víctimas es seguir en la misma línea hasta dar con el delincuente y no hacer caso a terceros que le indican de la nada por dónde se fue el antisocial”, mencionó.
Gordy, agregó que la gente, a pesar de que algunas artimañas de los asaltantes son viejas, siguen cayendo en el anzuelo.
“A los delincuentes no le gusta actuar cuando hay testigos, por ello los niños y mujeres son los que les indican a las personas”, recalcó.
Indicó que generalmente, estos niños están acompañados de una persona adulta o dos que parecen ser sus familiares que están comprando, pero resultan ser ladrones”, relató.
La supuesta familia se acerca a un lugar de venta en el que está su víctima y empuja a las otras personas como si tuviera interés en hacer compras. En la confusión, los niños y adultos aprovechan para revisar las pertenencias de los compradores, que incluso dan paso a los menores.

Riesgo de conductas

Las bandas delincuenciales reclutan menores entre 12 a 14 años, indicó el director de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, Ramiro Pérez Jurado.
Explicó que en Tarija hay tres escenarios en los que se desarrollan los jóvenes y que influyen en que se decanten por conductas antisociales: la familia, el colegio y su interacción con su grupo de amigos.
“Una familia disfuncional -padres separados- o la carencia de esta, es el principal factor de riesgo; peor aún,  si se dan situaciones de violencia intrafamiliar”, dijo.

Factores de riesgo
Un estudio realizado por  estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad Juan Misael Saracho, identificó la prevalencia de siete conductas en los adolescentes antisociales: peleas, mala conducta, conflictos con padres, robo o daño a bienes,  detenciones, consumo de alcohol y drogas
Por edades, los adolescentes de 12 a 14 años son los que presentan menos tendencia a incurrir en conductas antisociales, incluso después de haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, porque buscan modelos positivos a quiénes seguir.  Por lo tanto, son el rango de edad en la que se está a tiempo de hacer algo y restaurar.
En todos los casos, los factores de riesgo son: el adolescente no vive con sus padres, no comparte las comidas con ellos ni siquiera dos veces a la semana, sus tutores no están pendientes de sus estudios o desconocen dónde están sus hijos luego de las clases, en el hogar no hay reglas de conducta, la relación con los padres es conflictiva y los hijos sufrieron algún tipo de violencia familiar.
El psicólogo Juan Carlos Maldonado, explicó que los adolescentes, como los adultos, cometen delitos cuando vulneran una norma y tienen edad para ser responsables de ese acto delictivo; pero cuando no tienen “no delinquen” aunque se consideran actos “antisociales”.
“Cuando vulneran las normas y hábitos no escritos,  pero que socialmente son rechazables, como pegar en el colegio, insultar a los padres, abandonar las clases o hacer groserías”, explicó. (eP).

EL APUNTE
Ladrones  trabajan en grupo

Los delincuentes actúan en grupo, nunca solos. Uno roba, otro distrae, otros empujan y otros se llevan la mercadería sustraída ocultándola en bolsas o mochilas que cargan.
Lo primero que hacen los malhechores es identificar a su víctima, luego la persiguen por cierto tiempo hasta encontrar el momento oportuno para robarle alguna prenda u objeto.
Ninguno de estos malhechores utiliza armas blancas o de fuego para amenazar a sus víctimas, sino que acude a otros recursos, como cortar las prendas y carteras con estiletes.
Las instituciones de Tarija, el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges),  Defensoría de la Niñez y la Adolescencia trabajan en el apoyo psicológico de los menores, para  separarlos de esas personas, que en su mayoría llegan a ser amigos del barrio donde viven o en algunos casos, sus propios familiares que les enseñan las malas mañas.

Adolescentes de centro Oasis pasan clases humanísticas

Como una forma de rehabilitarse y de  regresar a la vida normal de un menor de edad, 18 infractores de la ley están pasando clases de educación humanística dentro del centro Oasis.
El subdirector de Educación Alternativa y Especial, Gonzalo Pari, indicó que los menores que se encuentran en el centro Oasis por haber cometido algún tipo de delito, están continuando con sus estudios humanísticos con normalidad.
Una parte asiste al centro alternativo San Roque y otros en la misma institución pasan clases con dos educadores.
Mencionó que este trabajo es realizado desde la pasada gestión tras consolidar un convenio con el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), y gracias a eso, lograron que un adolescente pueda culminar sus estudios humanísticos.
Están a la espera de que les manden la información sobre cuántos de estos 18 adolescentes se encuentran por culminar sus estudios humanísticos en esta gestión.
Resaltó que este proyecto está dando “buenos resultados”, porque los menores están pasando clases de manera continua y no tienen reportes a la fecha de que alguno haya abandonado sus estudios.
La directora del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), Mery Polo Areco, explicó que pretenden rehabilitar  adolescentes que se encuentran recluidos en el centro Oasis mediante un plan de vida.
Son 36 jóvenes, entre los 14 y 20 años, que se encuentran en el centro, que cometieron algún ilícito.
Polo explicó que la mayoría de los adolescentes se encuentran recluidos en el centro por casos de robo agravado y otros delitos. Del total, solo 2 son mujeres.
Gran parte de los jóvenes provienen de familias tóxicas, en donde consumen sustancias controladas o alcohol. Otros tienen a sus padres en el penal de Morros Blancos por haber sido encontrados robando en diferentes situaciones.